Los expertos recomiendan consumir entre seis y ocho vasos de agua al día, pero muchas personas suelen beber menos de esta cantidad. Esta acción es necesaria para reponer todo el líquido que eliminamos a través de la orina, del sudor e incluso al respirar. Para hidratarse bien conviene tomar frutas y verduras (que pueden aportar hasta medio litro de agua al día) y beber agua. Si no lo haces, el cuerpo recurre al agua del interior de las células, lo que puede ocasionar dolor de cabeza, fatiga o debilidad. Además, con la edad se va perdiendo agua corporal y se deteriora el mecanismo de regulación térmica. La hidratación mejora la salud en general. Por un lado, porque garantiza el transporte de nutrientes a través de la sangre y por otro porque mejora el control de la tensión arterial. Pero también previene alteraciones en el funcionamiento de algunos órganos vitales.
Gana salud
Riñones. Beber suficiente de agua mejora la depuración de toxinas y previene la formación de cálculos.
Aparato digestivo. Facilita la disolución de los alimentos y mejora la asimilación de sus nutrientes. Además ayuda a combatir el estreñimiento.
Piel. Mantiene la piel elástica y con un aspecto saludable.
Cerebro. Protege la memoria y la concentración. Porque el cerebro está constituido por una alta proporción de agua y la deshidratación afecta al estado cognitivo.
Bebe sin sed
Los expertos recomiendan beber aunque no se tenga sed. Un buen consejo es tener a mano agua. En tu mesa, ten siempre un jarra, botella o vaso de agua para no olvidarte de beber. Si te resulta aburrido beber agua, dale sabor añadiéndole unas gotas de limón. Las infusiones son otra buena manera de hidratarse. Si consumes agua embotellada, elige la que más te convega según tu salud. Por ejemplo, de mineralización débil si tienes algún trastorno renal, baja en sodio si eres hipertensa o carbonatada para reducir el ácido úrico.