Receta: alitas de pollo supercrunchy
Yo no recuerdo haber comido alitas de pollo de niña. A ver, las alitas formaban parte de la pechuga pero, SOLAS, en mi casa no las cocinaban.
Y es que el boom de las alitas de pollo tuvo lugar en los años 60, en Estados Unidos. Y hasta que la moda llegó a España... pues pasaron décadas.
Todo comenzó en Buffalo (estado de Nueva York). Dom Bellisimo era dueño del bar Anchor. Un viernes por la noche, un grupo de amigos entró en la taberna, pero el local estaba a tope y les tocó esperar. Estaban hambrientos, así que Teressa, la madre de Dom, improvisó una tapa para que la espera se les hiciera más llevadera y no decidieran cambiar de bar. Cogió unas alitas de pollo que tenía preparadas para hacer caldo (en aquella época las alitas eran un producto de casquería, las usaban para dar sabor a la sopa, luego las tiraban), las frió y las bañó en una salsa picante. Había creado las Buffalo Wings.
Enseguida, las alitas de Teressa se convirtieron en el plato estrella del Anchor. Personajes famosos como Elvis Presley o John Lennon eran fans suyos. Poco después las alitas se echaron a volar (😬) inundando toda la ciudad de locales especializados en esta parte del pollo. Tan famosas se hicieron que, en 1977, les dedicaron un día, el chicken wing day, que se celebra el 29 de julio.
Aunque las alitas son perfectas para cualquier día del año, en Estados Unidos es ya una tradición comerlas durante los eventos deportivos, sobre todo la Super Bowl. Tanto es así que, como se disparan las ventas, las alitas se convierten, durante unos días, en la parte más cara del pollo. Este año se comieron durante la Super Bowl más de mil cuatrocientos millones de alitas de pollo (¡1400 millones!), una locura.
En América las toman con mucha salsa (tienen infinidad de ellas, más o menos picantes). Y en Cocina Fácil también tenemos muchas recetas de alitas de pollo:
Pero si lo que quieres es que las alitas queden crujientes, olvídate de la salsa y prepáralas siguiendo mi receta. No tienen mucho misterio, pero son una pasada.
Muchas gracias por estar al otro lado de la pantalla.
El viernes que viene, más.
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