Las tragedias que marcaron la vida de María de las Mercedes, madre del rey emérito Juan Carlos

La condesa de Barcelona, a la que Alfonso XIII había apodado 'María, la brava', sufrió el exilio, el nacimiento de una hija ciega y la dolorosa muerte de su hijo menor, Alfonsito, tras un disparo accidental de Juan Carlos

Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

Actualizado a 7 de febrero de 2024, 15:00

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María de las Mercedes de Borbón y Orleans recibió honores de reina doce días después de su fallecimiento, el 2 de enero de 2000, tal y como sucedió con su esposo, don Juan de Borbón, tras morir este en 1993. Pero Juan y María nunca reinaron, muy a su pesar, ya que Franco –que nunca se llevó bien con el entonces príncipe de Asturias, hijo de Alfonso XIII– prefirió nombrar a Juan Carlos sucesor a título de rey inventándose para él y Sofía el título de Príncipes de España, una dignidad hasta entonces inexistente en la casa real española.

Padre e hijo, enfrentados

Que Franco se saltara la figura de don Juan, depositario de los derechos dinásticos de la monarquía española, fue, como es lógico, un golpe durísimo para los condes de Barcelona, pero tan solo fue una de las muchas tragedias que tuvo que soportar María, madre del rey emérito Juan Carlos, a lo largo de su vida.

María de las Mercedes y Juan de Borbón eran primos terceros.

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Don Juan no solo se sintió apartado y arrinconado por el dictador, sino que la situación provocó un duro distanciamiento entre padre e hijo. María, a quien su suegro, el rey Alfonso XIII, bautizó como 'María la brava', hizo todo lo que pudo para que don Juan y Juan Carlos limaran asperezas y enterraran el enfrentamiento que, por muchos años, los mantuvo alejados.

Una infancia feliz entre Madrid y Sevilla

Pero vayámonos bastantes años atrás. María de las Mercedes de Borbón y Orleans nació en Madrid el 23 de diciembre de 1910 en el palacio de Villamejor, en pleno Paseo de la Castellana. A los once años, su padre, Carlos de Borbón Dos-Sicilias, fue trasladado a Sevilla destinado como capitán general de la II Región Militar. María creció en la capital andaluza y se enamoró de las tradiciones sevillanas como la Semana Santa y la Feria de Abril. Allí también se aficionó a los toros y se hizo hincha del Betis, el equipo de sus amores.

En 1931 llegó la república y toda la familia se exilió en Francia, primero en Cannes y luego en París. La familia real española, por su parte, estaba exiliada entre Roma y Lausana –el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia llevaban 16 años separados– y, en 1935, en la capital italiana y con motivo de la boda de la infanta Beatriz con Alessandro Torlonia, abuelos de Alessandro Lequio, María de las Mercedes coincidió con Juan de Borbón, que ya era príncipe de Asturias porque sus hermanos mayores, Alfonso, enfermo de hemofilia, y Jaime, sordomudo, fueron apartados de la línea de sucesión.

Boda en Roma y en el exilio

En octubre de ese mismo año, María de Borbón y Juan de Borbón se casaron en Roma y tuvieron cuatro hijos: las infantas Pilar y Margarita, y los infantes Juan Carlos y Alfonso.

El matrimonio tuvo cuatro hijos: Las infantas Pilar y Margarita, y los infantes Juan Carlos y Alfonso.

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La alegría por la llegada al mundo de su segunda hija, la infanta Margarita, se vio empañada por una dolorosa circunstancia y que supuso otro duro golpe para María. La niña era ciega de nacimiento, una discapacidad que, sin embargo, le dotó de otras aptitudes. Margarita demostró desde muy pequeña una gran facilidad para aprender idiomas y siempre fue muy aficionada a la música. A todo tipo de música, desde la clásica hasta el rock duro.

Juan dejó sola a María cuando nació Juan Carlos

No fue esa la única decepción de María relacionada con el nacimiento de sus hijos. Cuando estaba a punto de nacer el tercero de los hijos del matrimonio, Juan estaba de picos pardos. Así lo relata Pilar Eyre: "Su marido, Juan, el príncipe de Asturias, a pesar de que sabía que el parto era inminente, se había ido a la finca de los Medici en el Piamonte con una sobrinita del exembajador de Italia en Madrid. ¡Ay, la legendaria pulsión sexual de los Borbones!".

El parto no fue fácil, duró toda una noche y toda la mañana siguiente. Por fin, a la 1.30 de la tarde, llegó el ansiado bebé. Tras dos niñas, acababa de nacer el primer vástago varón del matrimonio, Juan Carlos. Según explica Pilar Eyre, el padre, al que ya le habían informado del nacimiento de su hijo, "retrasó su llegada 24 horas ocupado en menesteres más agradables".

Según el historiador Ricardo Mateos, la afición a las mujeres de Juan de Borbón era harto conocida. "Estuvo a punto de dejarlo todo por una griega que fue su amante pero, ya en Portugal, tuvo otras tres historias con otras tantas mujeres de la buena sociedad portuguesa", explica Mateos.

En Estoril vivían "de prestado"

En Roma nacieron tres de los cuatro hijos del matrimonio –la infanta Pilar nació en Cannes, Francia–, pero al desatarse la II Guerra Mundial, la familia huyó a Lausana, donde vivía la reina Victoria Eugenia, madre de Juan de Borbón. En 1945, y tras finalizar el conflicto bélico, Juan y María de las Mercedes, con sus cuatro hijos, se instalaron en Estoril, Portugal. Allí, en una modesta casa llamada Villa Giralda –no olvidemos el amor que María de las Mercedes sentía por Sevilla–, la familia vivía sin lujos, pues apenas tenían lo justo para vivir.

Ricardo Mateos explica que los condes de Barcelona y sus hijos vivían "de prestado". "La gran burguesía catalana y vasca, más que la vieja nobleza castellana, fueron la que más dinero dieron a la Casa Real española en el exilio de Estoril... Los condes de Barcelona vivían absolutamente de prestado y de prestado era hasta su mismo barco, igual que su residencia Villa Giralda tenía una renta muy pequeña", argumenta Ricardo Mateos. Todos aquellos que visitaban a la familia en Villa Giralda corrían con los gastos que allí se produjeran, ya fueran los ágapes, los paseos en barco o las fiestas, porque los anfitriones no tenían dinero para agasajarlos.

La trágica muerte de Alfonsito

Claro que si hubo un episodio familiar que marcó a María fue el fatal accidente en el que murió su hijo menor, Alfonsito, de 14 años. Sucedió el 29 de marzo de 1956. Juan Carlos tenía 18 años y acababa de volver de la Academia Militar de Zaragoza para pasar unos días de vacaciones con sus padres y sus hermanos en Estoril. Juan Carlos y Alfonsito están juntos y, sobre las ocho de la tarde, se oye un disparo. Don Juan sube las escaleras a toda prisa y cuando entra en la habitación se encuentra a Alfonsito en el suelo, con un disparo en la frente, muerto.

La casa de los condes de Barcelona emitió un comunicado: "Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando un revólver con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándole en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos. El accidente sucedió a las veinte horas y treinta minutos al regresar de los oficios del Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión".

En Villa Giralda, en Estoril, sucedió la mayor tragedia de la familia: Alfonsito, de solo 14 años, murió de un disparo accidental a manos de Juan Carlos.

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La versión oficial dijo entonces que el arma había sido manipulada por Alfonsito, pero existen otras versiones que afirman que fue Juan Carlos quien, accidentalmente, disparó el arma y Alfonsito se cruzó en el camino de la bala perdida. Lo que realmente pasó esa tarde solo lo sabe Juan Carlos.

María, destrozada por la muerte de su hijo pequeño

La muerte de Alfonsito marcó un antes y un después en la familia. María quedó desolada por la tragedia y la enviaron durante un tiempo a un retiro espiritual. También empezó a encontrar consuelo en el alcohol.

Los condes de Barcelona regresaron a España en 1976, una vez restablecida la monarquía.

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"La bebida era muy habitual en aquellos años y aquel ambiente de continuos actos sociales –dijo– pero fundamentalmente entre los hombres. Lo de la condesa fue ocurriendo casi sin ser advertido en aquel entorno, pero luego derivó incluso en el paso por clínicas de rehabilitación", explica Ricardo Mateos. "Se me paró la vida", recuerda la periodista Pilar Urbano que dijo la desolada madre. "No hubo autopsia ni informe del médico forense. No se abrieron diligencias indagatorias. No hubo caso", afirma Urbano.

La vida de la familia ya nunca fue igual desde aquella triste Semana Santa de 1956.

Regreso del exilio en 1976 por petición del rey Juan Carlos

Don Juan, pese a su mala relación con Franco, confiaba en que este restaurara la monarquía. Pero la decisión de nombrar heredero a su hijo fue toda una bofetada para él, quien se negó a cederle los derechos dinásticos que le pertenecían. Finalmente, lo hizo, pero siendo ya Juan Carlos rey de España. El 14 de mayo de 1977, don Juan abdicó de sus derechos dinásticos y cedió a su hijo la jefatura de la familia y de la casa real española.

María de las Mercedes se fracturó el fémur por lo que se vio postrada en una silla de ruedas.

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Juan Carlos pidió a sus padres que dejaran el exilio –en el que habían vivido prácticamente toda su vida, desde 1931– y volvieran a España. Se instalaron en una casa en la urbanización madrileña de Puerta de Hierro.

Tanto María como don Juan ya tenían una edad muy avanzada. La madre del rey emérito se fracturó por dos veces el fémur y acabó postrada en una silla de ruedas. Don Juan, por su parte, enfermó de cáncer de laringe y falleció en 1993 en el Hospital Universitario de Navarra.

En las navidades de 1999, el rey Juan Carlos reunió a toda su familia en La Mareta, en Lanzarote, la casa que el rey Hussein de Jordania le había regalado años atrás. Allí, María de las Mercedes de Borbón y Orleans murió el 2 de enero de 2000, tras haber celebrado su 89 cumpleaños el 23 de diciembre. Su muerte fue serena y tranquila, mientras dormía la siesta.

La condesa de Barcelona murió el 2 de enero de 2000 en la finca La Mareta, en Lanzarote.

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