Terelu Campos

Terelu Campos

alejandra rubio kiko hernández
TERELU CAMPOS

Estos días he visto sufrir a mi hija como nunca antes

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Terelu Campos

Presentadora, colaboradora televisiva, bloguera y actriz

Un año más, no me ha tocado la lotería como al 99,9 % de los españoles. Tengo la esperanza de que me haya tocado alguna pedrea, porque todavía no me ha dado tiempo a revisar todos los números premiados con todo el follón de estas fiestas. Dicen que el 22 de diciembre es el día de la salud, pues mira, mientras no nos falte eso podremos seguir comprando lotería. Reconozco que todos los años me arrepiento de haber comprado tantos décimos. Luego me lamento pensando por qué he comprado este número y para qué habré comprando este otro. La noche antes del sorteo estaba en el bar El Doble, del que tantas veces os he hablado, y entraron dos personas vendiendo lotería. Me daría guantazos en la cara de la cantidad de décimos que compré pensando “y si no lo cojo y toca”. Al final, esto es como la reforma de una casa. Te pones y dices: “Ya que hago esto…” y en ese “ya que” se te va una pasta. No sé si es un dinero mal gastado. Si, desde luego, revierte en algo bueno para la sociedad es un dinero bien invertido. Mientras escribo este blog estoy viendo las caras de felicidad de la gente a la que les ha tocado la lotería y esa felicidad nos arrastra un poco a los demás.

alejandra con su gato magic

"Menos mal que tiene a Magic para consolarse mutuamente", dice Terelu de su hija Alejandra, a quien se le ha muerto su primer gato

TERELU CAMPOS

Adiós a Salem

Cambiando de tema, quiero contaros que la pasada semana lo he pasado muy mal. He visto a mi hija sufrir como nunca antes le había visto. Alejandra es una mujer muy sensible, especialmente con los animales. Su gato Salem llegó a su vida hace casi cuatro años. El nombre me asustaba de primeras y cuando lo vi tan negro e imponente me moría de miedo. No he podido estar cerca de él nunca porque el terror me invadía. Para ella, Salem era su compañero. Fue un gato maltratado. Alejandra nunca ha comprado un animal. Sus mascotas siempre han sido recogidas o adoptadas. Si vierais las fotos de lo que le hicieron a Salem antes de llegar a la vida de Alejandra entenderíais el amor que mi hija le dio a ese animal.Ella le cogió cuando sus heridas estaban en proceso de curación, por eso tenía ese sentimiento tan especial por él. La mañana del pasado martes, cuando se despertó y vio que su gato estaba inmóvil, tuvo que ser terrible para ella. Aun así, completamente sola lo envolvió en una manta y cruzó al veterinario que tiene enfrente de su casa. Cuando llegó le dijeron que no llevaba muerto ni dos horas. Ella sufre porque piensa que podía haber hecho algo por él, pero en el fondo de su corazón sabe que no porque Salem no estaba enfermo. Murió de repente, como de repente se le vino el mundo encima a mi hija. Todavía tengo en mi cabeza el sonido de su llanto desconsolado. No sabía cómo ayudarla, lo reconozco. Me quedé en shock. Sólo sé que se me partía el corazón como persona pero, sobre todo, como madre de ver que mi hija no tenía consuelo. Me pasé toda la mañana llamándola para ver si quería salir y distraerse. Ella tiene otro gato que se llama Magic. También lo estaba pasando mal porque sabía que al notar la ausencia de Salem estaría muy triste. Estoy segura que lo está porque les gustaba jugar juntos. Alejandra sufre porque cree que Magic piensa que Salem se ha ido y que pasaba de él. Le hice entender que el primero que sabía que Salem se había marchado era Magic. Por caprichos de la vida, esa misma mañana recibo un mensaje de Paz Padilla pidiéndome algo. La contesto y al ver que no lee mi mensaje la llamó. Cuando descuelga la oigo riéndose porque el mensaje que me mandó no era para mí. Eso me permitió charlar un buen rato con ella y contarle lo que le había pasado a Alejandra. Ella me ayudó a consolarla y hacerle entender que se tenía que quedar con todo lo bueno que han significado el uno para el otro. Ella para Salem significaba el amor, el cariño y el bienestar que no había recibido con todo su maltrato; y él para Alejandra, a su vez, representa el sentido de la responsabilidad. Ahora hay que aprender a vivir con su ausencia. Menos mal que tiene a Magic para consolarse mutuamente.