Hombre, a ver, no nos hagas esta putada. No nos lo merecemos y tus admiradoras ya no estamos para sustos, que tampoco somos unos pimpollos que digamos. Y lo hemos pasado fatal con la noticia de que te había dado un infarto. Sí, pero…
Pero entendimos cuánto te queríamos, querido José, ¡no nos habíamos dado cuenta! Porque muy sutilmente pasaste de ser el novio guapo de Paola Dominguín a convertirte en actor de verdad, tú mismo has reconocido que al principio lo hacías muy mal, pero ahora tu carisma llena la pantalla y por extensión nuestras pobres existencias. Tú, que podrías poner muescas en tu pistola por las bellezas más famosas, vives sin escándalos, tan discreto y elegante que me está costando una barbaridad meter el bisturí en tu vida. Ay, si quisieras hablar… Pero no, yo he venido aquí a desearte salud y enviarte este ramillete de flores simbólicas en nombre de todas las mujeres de España.