¡Emma Cohen, que acaba de morirse, esa gran putada! La conocí cuando era pija y reina del Paso del Ecuador de Derecho, y en Barcelona todos estaban enamorados de ella. Después, en Madrid, dejó las calles perdidas de corazones rotos, ¡hasta el adusto manager Enrique Herreros se quiso suicidar por Emma! Me la encontré en San Sebastián. Mientras yo entrevistaba a Fernán Gómez, su pareja, ella coqueteaba en la barra del bar con un director argentino. Fernando me dejó de pronto con la palabra en la boca, se levantó, cogió la copa del susodicho, la vació delicadamente sobre la moqueta y volvió a sentarse retomando el hilo de la conversación como si no hubiera pasado nada.
Eh, un detalle del fiestón de Froilán. No invitó a sus primos Urdangarín porque, pese a las apariencias, siempre se han llevado regular. “Cuando estaban juntos nunca dejaban de pelearse, Iñaki se quejaba de que los dos hijos del “Florero”, como él llamaba a Marichalar, estaban asilvestrados y maleducados,” me cuentan, y siguen, “y ahora Juan, que va a cumplir 17 años, es demasiado serio para formar parte de la pandilla de Froilán, ¡no son ni amigos en Facebook!”