Eh, eh, una cosita más, una tontería. ¿Seguimos con Lequio? Me dicen que don Juan Carlos, que un día descolgó el teléfono para exigir a su sobrino “Dado, no hables en público de tus temas personales”, y que se enfadó porque no le obedeció, ahora se ríe con sus últimos avatares y los comenta con sus amigos. Quizás estamos cerca de una reconciliación… Quizás ya se ha producido…