Creo que lo conoce todo el mundo. Ese vídeo en el que se te ve jugando con tu hijo a la pelota sin hacer caso a la niña, que también quiere participar. Como la ignoras, al final coge la fregona y se pone a limpiar el suelo. Nos hemos horrorizado.
Sí, pero…
Más nos hubiéramos espantado si la situación hubiera sido al revés. Si jugaras con tu hija mientras el niño se dedica a las tareas del hogar. Diríamos, claro, qué vas a esperar de un hombre que se depila las cejas, ha tenido hijos por delegación o con una chica tan sumisa que no le pide ni matrimonio ¡y lleva pendientes! Ahí hay una moraleja que en estos momentos no soy capaz de analizar porque ayer fui de fiesta y tengo resaca. Quizás ustedes pueden intentarlo o qué sé yo.