La amplia sonrisa de la reina Sofía era reflejo evidente de su felicidad por haber podido reunir a todos sus nietos en el palacio de Marivent. Desde el pasado sábado, ya estaban en la residencia de verano de la familia real la princesa Leonor y la infanta Sofía y Felipe y Victoria de Marichalar y el miércoles, por fin, llegaron los hermanos Urdangarin. Los hijos de la infanta Cristina no han faltado nunca a la cita veraniega y durante años han compartido con los hijos de la infanta Elena los cursos de vela de la escuela de Calanova, una actividad de la que se ha hecho cargo su abuela a 250 euros por nieto. El poder unir a todos los niños ha sido siempre el empeño de doña Sofía, por encima de la situación que viven los padres de Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin. Aunque, la infanta Cristina y su marido tienen vetado el acceso a Marivent, la familia real se vuelca con sus hijos para compensarles de esa situación de alejamiento familiar obligada, primero, por la decisión del rey Juan Carlos y ahora, también, por el rey Felipe. Para la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Palma ha pasado a ser el escenario de unos veranos idílicos al lugar donde han pasado, en los últimos inviernos, los peores días de su vida. Cristina e Iñaki pasaron casi todo el mes de febrero, más algunos días en enero y en marzo, asistiendo a las sesiones del juicio oral por el caso Nóos, lo que lee obligó a permanecer en la isla durante varias semanas, tiempo en el que se refugiaron en una casa prestada situada en un barrio de Palma. Aunque se llegó a comentar que utilizaron la casa que la infanta Pilar posee en la urbanización Sol de Mallorca, en el municipio de Calvià, lo cierto es que fue otra la residencia elegida sin conexión alguna ni con la familia, ni con sus amistades, precisamente para evitar ser localizados.
La infanta Cristina y su marido están pasando, seguramente, el peor verano de su vida a la espera de que se haga pública la sentencia por el caso Nóos que, en el mejor de los casos, puede llevar a la cárcel a Iñaki Urdangarin al menos durante cinco años. Es lógico que la reina Sofía quiera ofrecer a los hijos de la infanta Cristina un clima de afecto familiar, consciente de que los chavales, de entre 10 y 16 años, ya se dan perfecta cuenta del problema al que se enfrentan sus padres que, necesariamente, afectará a su vida cotidiana.
Doña Sofía, a pesar de la lógica preocupación por la situación a la que se enfrentan Cristina e Iñaki, está viviendo este año un verano más feliz que los anteriores. Ha podido reunir al resto de su familia y ha aparecido en público con don Juan Carlos, con quien ha compartido salidas nocturnas, excursiones por el mar y el propio palacio de la Zarzuela; tras algunos años de evidente alejamiento, Palma ha sido el escenario de un acercamiento de los reyes eméritos, unidos de nuevo para contribuir, de nuevo, a la buena imagen de la familia real.
La reina Sofía acoge en Marivent a sus nietos Urdangarin
Actualizado a 4 de agosto de 2016, 13:46
Si quieres actualizar tus preferencias de consentimiento haz click en el siguiente enlace