La reina Letizia no tuvo muy buenas críticas en su primer viaje de cooperación que tuvo lugar en mayo de 2005 y como destino Honduras y Guatemala. La inclusión de varios actos oficiales provocó unos fallos estilísticos que acabaron opacando la naturaleza del viaje organizado, sobre todo, para dar visibilidad a los proyectos solidarios que España financia con dinero público. El lunes, la Reina inició su segundo viaje de cooperación, el primero que realiza a África, con la intención de no dar un paso en falso, aunque sin perder de vista que es por su condición de reina por la que está en el país. Letizia ha viajado a Senegal, principalmente, para apoyar las iniciativas de las mujeres en favor de sus derechos.
El primer día, la Reina se quedó impresionada por el recibimiento que un grupo de mujeres le dispensó a su llegada a un hotel donde tenía prevista una comida con la primera dama de Senegal, la imponente Marième Fayé, esposa del presidente Macky Sall, que siempre utiliza vistosas túnicas y turbantes. Cientos de mujeres vestidas y tocadas con telas de colores, cantando y batiendo las palmas con un ritmo enloquecido recibieron a las dos consortes. Nunca Letizia se había visto en otra igual, pues nada puede equipararse con un recibimiento africano.
Marième Faye es una mujer muy popular en su país, pero, también, es un nombre que figura en las pintadas universitarias donde se le critica su afición por el lujo. El lunes, al recibir a la Reina en el aeropuerto de Dakar, llevaba colgado un bolso de Chanel customizado. Los jóvenes africanos no perdonan pero, en general, se le reconoce su papel de promoción de las mujeres y su capacidad de interlocución en las zonas rurales, ya que en los casi sesenta años de independencia de Senegal los anteriores presidentes estaban casados con francesas o carecían de esposa. En África se la considera una especie de Michelle Obama y, ciertamente, tienen muchas similitudes, no solo en el físico, sino en los intereses. La anterior primera dama estadounidense apoyó a su homóloga senegalesa en su programa para alfabetizar a las niñas.
La Reina va un aún más allá que Michelle Obama, puesto que uno de los objetivos del viaje a Senegal es apoyar un programa que lucha contra la mutilación genital femenina, una práctica prohibida legalmente en el país pero que aún se practica en zonas rurales.