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Intenté compartirla el miércoles pasado en ‘Sálvame Naranja’, pero no di en el clavo. Tenía la reflexión muy estructurada en mi mente, pero a la hora de expresarme se me fue el santo al cielo. Era sobre la Pantoja, claro. Me pasé el fin de semana viendo vídeos de sus actuaciones y lo vi claro: ella era ella pero al mismo tiempo había dejado de serlo hace tiempo. Intentaré explicarme. Isabel Pantoja es Isabel Pantoja pero no el personaje que ella cree, sino otro que poco tiene que ver con la realidad que se ha forjado en su mente. Pantoja es muy grande. Eso es indiscutible. Pero aún siendo muy grande no es todo lo grande que ella cree ser y ahí es donde radica su particularidad. Isabel Pantoja cree que conserva la vigencia de los 90, pero la fascinación que ejerce entre el público tiene más que ver con una biografía apasionante que por la manera que pasea su bata de cola por los escenarios.