Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

adara molinero y alejandra rubio

Adara es una jugadora nata mientras que a Alejandra Rubio la tengo menos calada

Visita de Adara al ‘Deluxe’, ataque de ansiedad incluido. Semana rara emocionalmente para Alejandra Rubio, porque dicen que en el transcurso de una cena llamó “vieja de mierda” a Lydia Lozano. La televisión también era esto. No existe un medio más apasionante ni género más enriquecedor que el entretenimiento. A veces creo que salgo poco de casa porque me cuesta encontrar en la calle personalidades tan apabullantes como las que visitan mis platós.

La tele es un animal salvaje al que tienes que domar continuamente, porque en cuanto te descuidas te pega una hostia que te deja seco. A la tele le gusta jugar con todo aquel que se le acerca. Primero te mima, te atrapa con pequeñas dosis de popularidad para que te creas dios, te hace sentir importante. Y en cuanto bajas la guardia, te pega un zarpazo para que no te olvides de quién manda. Adara es una jugadora nata y durante varios meses la tele le ha dado cartas muy buenas, pero el sábado no se le dio bien la partida. Abandonó el plató llorosa y angustiada después de pasar por enfermería.

Gajes de un oficio en el que expones tus pensamientos. Saldrá reforzada o con la convicción de desaparecer porque le compensa. A Alejandra Rubio la tengo menos calada. Intuyo que estará un poco afectada, pero también esto pasará. Está en su mano aprender y protegerse o avanzar a ciegas a machetazos, sin reflexionar. Castigándose a ella y a su familia.