Tenían por delante una tarde muy emotiva. Alonso Caparrós llegaba a Sálvame para pronunciarse sobre su enfrentamiento con Terelu Campos y Carmen Borrego pero terminaba anunciando su marcha del programa. Una decisión fulminante que acababa con el colaborador quitándose el micrófono y abandonando el plató para siempre. Entre medias, Terelu se lamentaba por no haber sabido coger a su amigo para hablar con él cuando no se encontraba bien. La relación con Alonso es tan cercana que no ha podido evitar las lágrimas...
Alonso Caparrós dejaba a todos sus compañeros con la boca abierta. El colaborador confesaba que no quería entrar en plató. “Quiero irme porque estos meses han sido de mucho aprendizaje”, le explicaba a Paz Padilla. “He tenido muchas dudas. Casi me separado de Angélica, que es la mujer que más quiero”. El colaborador no pensaba hipotecar su felicidad por trabajar en el programa y prefería marcharse.
Terelu, amiga de Alonso desde hace muchos años, se acercaba al colaboradora muy afectada. No quería que su enfado fuese detonante para esta decisión. “Siempre he ido el niño de las Campos y me encanta”, le respondía Alonso. Los compañeros se reconciliaban al minuto, sin necesidad de reprocharse nada. El expresentador se tomaba la libertad de darle un sincero consejo a su amiga.
“Tú me dices que te encanta mi felicidad y yo quiero decirte que te cuides mucho”, le decía Alonso. “A veces, meterte en tu cuarto, apagar la luz, cerrar los ojos y encontrarte contigo mismo es algo que te va a venir de maravilla”. Terelu se rompía al escuchar las palabras de Caparrós. “Cuídate”. La colaboradora se tapaba muy emocionada. Alonso le había tocado la fibra más sensible.
“Hay cosas que no hace falta decir”. La conexión entre Alonso y Terelu es tan fuerte que se entienden a la perfección. “Se nota cuando alguien lo está pasando mal. Terelu ahora mismo es una fortaleza pura aguantando una situación. Indudablemente no está bien”. La hija de María Teresa Campos reconocía que Alonso la conoce tan bien que no le hace falta ni preguntar. La marcha del colaborador es un trago difícil para la presentadora. Por suerte, es para que pueda ser feliz.