Ver a las Campos asomadas desde un balcón de la malagueña calle Larios era una de las estampas más tradicionales de la Semana Santa, como las mantillas, los niños que recogen la cera de las velas de los penitentes o los costaleros secándose el sudor. Pasión en estado puro. Tanto María Teresa (81 años) como sus dos hijas, Terelu (57 años) y Carmen Borrego (56 años) son fieles devotas de El Cautivo, y no se perdían ningún año su procesión, es más, con este cristo tallado en 1939, la presentadora de ‘Sálvame’ tiene hasta una promesa. Para ellas, estos días son fechas para estar juntas, reunirse con los amigos de siempre de Málaga e impregnarse de fe. Pero este 2023, Terelu lo vivirá de una manera completamente diferente. Mucho más triste y con preocupación.
“Cuando el pilar de tu vida no pasa por el mejor momento”, escribe en su blog para Lecturas, “eso también te arrastra”. La comunicadora está volcada con los cuidados de su progenitora, quien, desde las pasadas Navidades, atraviesa un momento de salud difícil. Tras las fiestas, María Teresa tuvo que ser hospitalizada debido a una caída que había sufrido en casa. Además, sus hijas estaban preocupadas porque el apetito de esta, que nunca había sido excesivo, había decaído de una manera drástica. Todo esto, hizo que tanto Carmen como Terelu convinieran que lo mejor para la icónica presentadora era someterse a una serie de chequeos médicos que valorasen su estado físico. Una vez hubo recibido el alta, María Teresa descansa en su hogar y lleva una vida de lo más tranquila, da pequeños paseos junto a su querido Gustavo, al que siente como un hijo más, y se desvive con su perrita Lula.
“En Semana Santa, ya nada es igual ni volverá a serlo nunca”
Terelu está haciendo un ejercicio de mentalizarse y aceptar que lo fue, ya no volverá. Y esto, a pesar de tenerlo asumido, no puede evitar vivirlo con pena. “Se que viviré esta Semana Santa con mucha tristeza, porque ya nada es igual ni volverá a serlo nunca”, escribe. María Teresa no viajará a Málaga este año, se quedará en su casa de Madrid, donde está más a gusto, además de permanentemente cuidada. Ahora es lo más importante, y su hija mayor lo sabe y lo acepta. Para ella, el bienestar de su madre es máxima prioridad.
Terelu, tal y como cuenta en Lecturas, viajará esta fin de semana hasta Málaga para asistir al Domingo de Ramos y al Lunes Santo, “me han dado permiso en en el trabajo”. Para ella, esto era muy importante debido a la promesa que mantiene con El Cautivo, que este año, sí o sí, tenía que cumplir.
Además de presenciando la procesión de esta famosísima talla, tan querida por los malagueños, el Domingo de Ramos seguro que Terelu Campos acabará emocionándose cuando la Virgen de la Salud pase por debajo de su balcón. Y es que, este año, solo una persona ocupará sus pensamientos en ese momento.