Ana María Aldón se tiró del helicóptero en Honduras sin saber nadar y desde el primer momento dejó muy claro que había dado el paso de concursar en Supervivientes 2020 para hacer SU concurso. Y lo ha hecho sin mirar a los lados, aunque eso le haya costado algún tironcillo de orejas de su marido, José Ortega Cano, y superándose cada día sin librarse de algún que otro bajoncillo.
La diseñadora ha llegado a la recta final del concurso habiéndose convertido en una experta pescadora. Fue en Playa Desvalida donde aprendió la técnica y hasta la fecha ya ha pescado ni más ni menos que 200 peces, y subiendo. Su récord ha hecho que se venga muy arriba y se haya atrevido a dar unos cuantos consejos a los futuros habitantes de Cayo Paloma en próximas ediciones de Supervivientes.
"A los futuros concursantes de ‘Supervivientes’ les digo que me busquen, les voy a enseñar varios trucos y consejos para que puedan pescar en Honduras y alimentarse de su propia pesca", ha comentado la mujer de Ortega Cano a la cámara. Ana María tiene tan clara su técnica que incluso se atrevería a hacer escuela en el concurso y que el hambre no sea ya uno de los mayores problemas del reality.
Lo cierto es que Ana María Aldón, que ha aprendido a pescar de forma autodidacta y ha conseguido depurar su técnica, ya ha empezado a enseñar su maña con el hilo y la carnada a algunos de sus compañeros, como a Rocío Flores, a la que enseñó y desde entonces tampoco ha parado de pescar. A pesar de sus polémicas, que esta semana ha sumado su falta de entendimiento tras la bronca de la hija de Antonio David y Elena, madre de Adara, Rocío y Ana María han conseguido ser una en el concurso y han llegado hasta la semana 13. Ya no queda nada.