El tiempo pasa volando. Parece que fue ayer cuando Shakira (46 años) y Gerard Piqué (36 años) ponían fin, al menos de manera oficial, a su relación de casi doce años. Pero ya ha pasado un año desde que emitieran el comunicado conjunto en el que confirmaban lo que hasta el momento era un secreto a voces. "Lamentamos confirmar que nos estamos separando. Por el bienestar de nuestros niños, que son nuestra máxima prioridad, pedimos respeto a la privacidad. Gracias por su comprensión". Desde ese momento, los encontronazos, los malos rollos y la pullas entre la expareja y sus familias fueron continuos.
La pelea por sus hijos Milan y Sasha
En estos doce meses la vida de Shakira y Gerard Piqué, así como las de los dos hijos que tienen en común, Milan (10 años) y Sasha (8 años), han dado un giro de 180 grados. Mientras se confirmaba la relación de Piqué con Clara Chía (24 años), la colombiana expresó su deseo de trasladarse a Miami con sus hijos, un primer punto de desencuentro, ya que Piqué sostenía que los niños habían nacido en Barcelona, estaban radicados en nuestro país y era aquí donde tenían su colegio y sus amiguitos.
Claro que si hay algo que caracteriza a Shakira es su tenacidad –y la de sus abogados– en conseguir lo que quiere. Muchas fueron las reuniones con sus respectivos letrados hasta que al final se logró llegar a un acuerdo: Shakira se iría a Miami, pero Piqué tendría el derecho a visitar a sus hijos durante diez días al mes, además de la mitad de las vacaciones escolares. Puesto que nunca se casaron, lo suyo no fue un divorcio, sino un acuerdo de separación. Como entre ellos no tenían ningún bien en común, salvo el casoplón de Esplugues en el que vivían, el tema económico no supuso ningún problema.
La venganza de Shakira
La delicada salud del padre de Shakira, William Mebarak (91 años), retrasó en varias ocasiones el viaje de la colombiana a Miami. Inicialmente, quiso marcharse antes de que empezara el curso escolar, pero, tras discutir con Piqué, optó por quedarse hasta Navidad y emprender rumbo a EE UU el 3 de enero, cuando en aquel país se inicia el segundo trimestre en los colegios, lo que supuso otro enfado con el futbolista ya que los niños se iban a perder la festividad de los Reyes Magos, tan arraigada en España y que tanto Milan como Sasha esperaban esa mágica noche con una gran ilusión. Finalmente, y de nuevo, la salud del señor Mebarak retrasó hasta Semana Santa el viaje a Miami, cuando, por fin, toda la familia pudo cruzar el charco.
En todos estos meses, Shakira ha fraguado su venganza publicando una serie de canciones en los que dejaba a Piqué, a Clara Chía y a su suegra, Montserrat Bernabéu, en muy mal lugar. Y no solo eso, sino que a ella le han supuesto pingües beneficios –hablamos de decenas de millones de dólares–, por lo que ha sido una venganza muy rentable. 'Te felicito', 'Monotonía' y, sobre todo, el bombazo mundial de la 'Session 53' con Bizarrap (24 años) y 'TQG', en colaboración con Karol G (32 años), devolvieron a Shakira al top más top de la música latina. Y no solo eso, Shakira colgó en su terraza una bruja dirigida a la casa de los padres de Piqué, que viven en la mansión colindante.
Más encontronazos y peleas
A su vez, Piqué respondía a las canciones de Shakira mostrándose muy cariñoso con Clara Chía, o apareciendo en su programa de la Kings League con un reloj Casio o yendo al pabellón en un Twingo (ya sabéis: "Cambiaste un Rolex por un Casio y un Ferrari por un Twingo"), imágenes que acabaron dando la vuelta al mundo. Pero, una vez más, los hijos de ambos fueron motivo de conflicto. Piqué llevó a su programa a Milan, un niño, por cierto, muy maduro para su edad, que habla con la claridad de un adulto, toca el piano y juega a fútbol y a béisbol. Milan, junto a su padre, se mostró muy desenvuelto con el micrófono, pero a Shakira no le gustó en absoluto que Piqué llevara a su hijo, de solo diez años, a un programa de adultos.
Tiempo después, fue al contrario. Shakira se llevó a los niños al programa de Jimmy Fallon, en Nueva York, y Piqué se quejó porque aunque solo fueron unos segundos, los niños aparecieron en el programa mientras su madre cantaba el 'Session 53' con Bizarrap. El último encontronazo al respecto se ha producido en el videoclip de 'Acróstico', en el que aparece Milan tocando el piano y Sasha cantando, con una voz muy dulce, el estribillo del tema ante la orgullosa mirada de su madre. A Piqué no le gusta que Shakira utilice a sus hijos con fines comerciales, así que, liada otra vez.
Y en medio, los niños
Como en cualquier ruptura, siempre las víctimas son los hijos. Milan y Sasha adoran a sus padres por igual, son unos niños muy cariñosos y están adaptándose a esta nueva situación como buenamente pueden. Se dice que una de las cláusulas que puso Shakira en el acuerdo de separación es que los niños no debían coincidir nunca con Clara Chía, una exigencia que se antoja harto complicada si, al final, Piqué y Chía deciden formar una familia.
Por el momento, y como Shakira no se fía, este mes ha sido ella la que ha decidido viajar a Barcelona con sus hijos para que estos se encuentren con su padre, en lugar de que sea Piqué el que viaje a Miami, tal y como informaron las periodistas Lorena Vázquez y Laura Fa.