A Rodolfo Sancho (48 años), su profesión le ha dotado de un dominio extraordinario de su cuerpo y de la gestualidad del mismo. Sabe que no es lo mismo declamar un texto dramático con los brazos bajos, que alzándolos al cielo. Que la postura, cuando toca cambiar de género narrativo, también debe de ser distinta y que los gestos deben de estar medidos y calculados al milímetro. Pues también forma parte de la puesta en escena. Hoy, a su salida de la prisión de Koh Samui, tras visitar a su hijo Daniel, ha dado un buen ejemplo de esto.
Rodolfo Sancho ha querido volvera a dirigirse a la prensa pero esta vez lo ha hecho más tranquilo y ha pedido disculpas. No estaba orgulloso de lo que dijo ayer ni se sintió identificado con la última parte de su discurso. “"Hay dos formas de tomarse cuando vienen las cosas en la vida, como una desgracia o como un reto. No van a conseguir lágrimas de mí", dijo entonces, y hoy, tan solo 24 horas más tarde, ha querido pedir perdón. “La imagen que di fue dura y prepotente, sabéis que siempre he tenido una sonrisa para vosotros, pero es un momento duro y complicado”.
Sus disculpas sonaban sinceras y arrepentidas; y, para enfatizarlas aún más, el actor Rodolfo Sancho se quitaba las gafas de sol tras las que ha estado parapetado durante los últimos días. Quería nada se imponible entre él y la prensa. No quería escudos. Quería mostrar sus emociones al desnudo. Sin ninguna clase de escondites.
El complicado momento de Rodolfo Sancho en Tailandia
“Ayer salí de vivir un momento complicado ahí dentro”, ha explicado esta mañana en su segunda comparecencia ante los medios. Rodolfo Sancho venía de reencontrarse, cara a cara, con su hijo mayor, Daniel Sancho, que lleva en prisión desde el pasado 7 de agosto, cuando se le incriminó del supuesto asesinato de Edwin Arrieta.
Rodolfo Sancho ha tardado casi un mes en viajar a Tailandia para reunirse con su vástago, de 29 años. Durante este tiempo, el actor habría estado asesorándose legalmente y dejando todo bien atado antes de su partida hasta el sudeste asiático. Semanas atrás, fue Silvia Bronchalo quien se desplazó hasta Koh Samui para estar al lado de su hijo y ofrecerle consuelo. Actualmente, los dos progenitores de Daniel Sancho se encuentran en suelo tailandés.
“No estoy llorando por los suelos, ese no soy yo”, dijo ayer. Hoy la imagen que ofrecía era completamente diferente. Rodolfo Sancho ha querido hablar con la prensa antes de entrar en la prisión de Koh Samui; a diferencia de ayer que lo hizo a la salida, dejándose llevar por la tensión. “No soy frío, pero es un lugar en el que yo me pongo para defenderme. Yo me conozco”, decía tras quitarse las gafas y luciendo una sonrisa cercana, “sabéis que yo siempre os atiendo”, aseguraba, buscando la complicidad de la prensa.“No estoy llorando por los suelos, ese no soy yo”, dijo ayer. Hoy la imagen que ofrecía era completamente diferente. Rodolfo Sancho ha querido hablar con la prensa antes de entrar en la prisión de Koh Samui; a diferencia de ayer que lo hizo a la salida, dejándose llevar por la tensión. “No soy frío, pero es un lugar en el que yo me pongo para defenderme. Yo me conozco”, decía tras quitarse las gafas y luciendo una sonrisa cercana, “sabéis que yo siempre os atiendo”, aseguraba, buscando la complicidad de la prensa.