Después de unos meses muy duros a raíz de las tremedas revelaciones que hizo su madre, Rocío Carrasco, en la serie 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', a Rocío Flores se le han quitado las ganas de seguir en los platós de televisión. Su continuidad la próxima temporada en 'El programa de Ana Rosa' no está clara y es que a Rocío Flores la televisión no le interesa lo más mínimo. Otra cosa es que necesite esos ingresos para ayudar a su familia, que sigue envuelta en numerosos procesos judiciales.
En cualquier caso, Rocío Flores ha decidido que no quiere que nada ni nadie le amargue sus vacaciones, de modo que tras volver de su fabuloso viaje a México, ha dejado Málaga, donde reside, y se ha ido unos días a Conil, en Cádiz, donde ha disfrutado del día y de la noche junto a su inseparable novio, Manuel Bedmar, y junto también a otros miembros de su familia. En sus stories hemos podido ver a su hermana pequeña, Lola, hija de Antonio David y Olga Moreno, y también a Rosa, la hermana de Olga que viajó a Honduras cuando esta concursaba en 'Supervivientes'.
Además, en Conil ha coincidido con una buena amiga, Marta Albalá, hermana de Alejandro que, a su vez, fue amiga durante un tiempo de Isa Pantoja. Fue Marta, precisamente, quien presentó a Isa y a su hermano, el hombre con el que, tiempo después, se acabaría casando en una ceremonia civil en México.
Rocío y Marta coincidieron también en el enorme tatuaje que ambas lucen en la parte interior del brazo: una típica catrina mexicana, la calavera que significa –según la tradición de aquel país–, que la muerte nos iguala a todos. "Lo bueno abunda, amiga", escribe Rocío.