Los Morancos han sido los últimos invitados de 'El Hormiguero'. Jorge y César Cadaval han hecho balance de sus 43 años de carrera profesional y han hablado de su nuevo espectáculo 'Todo por la Matria', que actualmente interpretan en el Teatro Coliseum de Barcelona.
Durante su charla con Pablo Motos, Jorge y César han recordado con mucho cariño a sus padres y a su hermano Carlos, fallecido en 2017. Probablemente, Carlos era el miembro más desconocido de la familia Cadaval pero no por eso menos importante y es que todavía hoy, cinco años después de la pérdida, sus hermanos se emocionan al hablar de él. "Le echo de menos diariamente, trabajaba en el Banco Exterior de España (...) Éramos gemelos", exponía con la voz entrecortada mientras César escuchaba con atención.
Carlos Cadaval se encontraba de vacaciones con su familia cuando un infarto fulminante acabó con su vida en agosto de 2017. Una muerte trágica y repentina que sumió a toda la familia en una profunda tristeza. La noticia pilló a Jorge en Estados Unidos y César, por su parte, se encontraba en El Rocío.
La muerte fue la protagonista de una de las anécdotas que compartieron con el público: "Mi madre no quería incinerarse. Ella me decía: 'Es que meterme allí con papá, con una luz’. Y yo: ‘Mamá, si vas a estar muerta, no vas a ver nada’. Y ella: ‘Eso es lo que tú te crees. ¿Y si me despierto?’ Mi padre se había pagado su parcelita en el cementerio. Lo había pagado toda la vida. Estaba mi abuela Marina... había de todo allí abajo", recordaba en tono jocoso. Pero un día, se topó con una nueva tumba: "Se llamaba Manuel. Y le dije: ‘Don Manuel, ¿no le importa que me siente yo encima suya?’ Me pegué una retahíla… Así me tiré un año. La pérdida me dolió mucho. Y me duele", admitía con pesar.
Un día, Jorge decide meter los restos mortales de sus padres en un columbario: "A mi padre lo enterramos con Levis Strauss de los buenos… y no estaban. Total, el pantalón apareció. Luego llegamos a Triana y digo: ‘Ay, papá, que nos vamos una vueltecita por Triana, qué bien te va a venir. Otra vez en el barrio’. Luego hablo con el cura de Santa Ana y me dice que el columbario general. Se echan las cenizas de todo el mundo. Y yo digo: ‘A ver si le va a caer una porra a mi madre que no es la de mi padre", anécdota que despertaba las risas de todo el público.