Màxim Huerta da carpetazo a su pasado: "Se acabó. Hasta aquí"

El escritor ha querido sincerarse sobre uno de los últimos movimientos para liberarse de una parte importante de su vida...

JC
José Confuso

Director digital de Lecturas

Màxim Huerta

Cerrar capítulos pasados como si de una novela se tratase. Claro que en la realidad no siempre es tan fácil. La ventaja de la ficción es algo a lo que Màxim Huerta está acostumbrado. El escritor crear argumentos, inventa personajes y les pone en situación. Pero, ¿cómo gestiona uno su propia historia? Tal vez con tiempo y voluntad. Lejos de continuar como si nada, Huerta ha querido centrarse en uno de sus últimos gestos. Un pequeño detalle cargado de importancia. Cerrar un capítulo que hacía tiempo que tenía pendiente. O al menos, lo intentarlo. La memoria, al final, puede más que cualquier teclado...

La fotografía no se hubiese entendido sin el texto. Y eso que era suficientemente reveladora. Un brazo, un vendaje y el misterio. Podría ser el principio de una buena novela. Una que podría incluso haberla escrito él mismo. Màxim Huerta compartía en su perfil de twitter una imagen de su brazo con un apósito. 'La foto', añadía. Lo que para cualquier profano no sería más que un hipotético percance casero, escondía un gesto cargado de significado. Un paso de los que cuesta mucho dar y a los que uno cree que no va a tener que llegar nunca.

Cuando me despedí, supe que acababa de cometer un error”. Todo suena mejor cuando lo narra un escritor. Huerta se sinceraba en su último artículo publicado en 20 minutos. Una visita a una tatuadora para sellar un amor con tinta se convertía en el punto álgido de un romance. Uno que, a juzgar por sus palabras, puede que ya hiciese aguas. La pasión viene y va, pero la tinta ahí se queda. “Los tatuajes duran más que el amor”. Parecía que, en el fondo, lo tenía todo más claro de lo que pensaba.

Ahora, Huerta ha querido pasar página. Con decisión, ha acudido a una clínica para deshacerse del tatuaje que le recordaba al pasado. Terminar una relación con olor a chamusquina también es una bonita metáfora de la vida. “Hoy mismo hago otro tipo de borrado”, se sincera en el artículo. “He cambiado de orden los muebles del salón y he puesto papel pintado en la pared donde nos besábamos”. Una renovación exterior que tiene mucho que ver con el cambio interior. ¿O, acaso, cambiar un sofá es tan solo eso?

La transformación llega en un momento muy especial para el escritor. Tras haberse desnudado emocionalmente en su última novela, está a punto de presentar la próxima. Firmamento a las tiendas llega dentro de pocas semanas. Ahora solo le falta ya un proyecto interesante para regresar a la televisión -desde Destinos de película, en TVE, tan solo le hemos visto en apariciones esporádicas-. Mientras tanto, pone tierra de por medio para instalarse, de nuevo, en París. ¡Quién quiere tatuajes cuando puede tener croissants!