María Zurita y su bebé que nacía solo vieron una opción posible en el momento del parto: aferrarse a la vida. La prima de Felipe VI y su hijo estuvieron en un peligro real cuando su cuerpo empezó a dar señales de que las cosas no iban bien. "Me desperté en medio de la noche y me di cuenta de que estaba empapada. No sabía qué estaba pasando. Me levanté, encendí la luz y vi que era sangre", es parte de la dramática narración que María ha ofrecido a '¡Hola!'.
El pasado 28 de abril sufría un "desplazamiento de placenta" que provocaba el nacimiento prematuro de su hijo y ponía en peligro sus vidas. La hija de la infanta Margarita ingresaba de urgencias en el Hospital Nuestra Señora del Rosario (Madrid), donde escuchó a los médicos una frase que aún le hiela la sangre y que describe la situación crítica que vivió: "Vamos a intentar salvar a la madre y al niño". Tras aquellas palabras, se despertaba en la UCI.
Recuperada, la mamá primeriza abandonaba el hospital, pero los obstáculos no se habían acabado para ella y su bebé "Carlitos", quien debía permanecer en incubadora y sufría dos paradas respiratorias debido al soplo en el corazón con el que ha nacido. Su decisión inmediata era trasladarlo al hospital de La Paz, donde aún continúa su proceso de coger peso. Dadas las difíciles circunstancias de su nacimiento, María le ha descrito como todo un "luchador" y "un regalo del cielo". Durante casi dos semanas después de su nacimiento, no pudo tenerlo en sus brazos, pero ahora no se separa de él y espera con esperanza que pueda volver a casa, esta vez acompañada con el hombrecito de su vida. El nacimiento de Carlos estaba previsto para este próximo julio.
María Zurita sorprendía a todos con la noticia de su embarazo en noviembre de 2017. La hija de la infanta Margarita decidía convertirse en madre soltera a los 42 años tras recurrir a la inseminación artificial.