El fallecimiento de la cantante María Dolores Pradera ha supuesto un duro golpe tanto para todos sus amigos y allegados, como para los muchos admiradores que habían reunido a lo largo de su carrera. A sus 93 años, la intérprete contaba con más de 70 años dedicados a la música y 40 discos en su haber. Premios, reconocimiento y el cariño de todos aquellos que habían sentido devoción por su característica voz y elegancia...
Hasta la capilla ardiente, instalada en el Tanatorio de la M-30 de Madrid, se han ido acercando rostros populares y amigos de la cantante. Su hija, Helena Fernández-Gómez, fruto de su relación con el actor Fernando Fernán-Gómez, ha agradecido los gestos hacia su familia. “No solo se ha muerto una gran artista, sino, sobre todo, mi madre”, reflexionaba, muy afectada, ante los periodistas.
También María Teresa Campos y Edmundo Arrocet se han acercado para darle el último adiós a la cantante. La presentadora se ha mostrado muy triste por la pérdida de “una gran artista y de una amiga”. Tanto a nivel personal como profesional, ambas habían compartido muchos momentos. “Ha sido un lujo para mi vida, pero sobre todo para la música española”, aseguraba, según recoge La Vanguardia.
El periodista Iñaki Gabilondo, la cantante Rosana o el actor presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, también se han acercado hasta la capilla para darle el último adiós a una de las grandes voces de nuestra historia.