Sólo hubo una protagonista en la cena de gala, y esa fue la reina Letizia, que volvió a dejarnos sin palabras con su belleza, elegancia y clase. El magnetismo que desprende nuestra monarca es tan brutal que se convirtió en el centro de todas las miradas, dejando relegado a un segundo plano, de manera irremediable, a don Felipe.
Conversó en la cena, sonrió y enamoró. El Elíseo se rendía a los pies de esta reina que todavía no ha cumplido su primer aniversario como monarca. Letizia se ha convertido en la mejor representación que podríamos desear, y, gracias a su inteligencia, saber estar y belleza, la periodista cada vez tiene más protagonismo de manera internacional.
Anoche, a la cena de gala celebrada en honor de los reyes españoles, la reina llevó un precioso vestido color burdeos, un tono demasiado otoñal, pero que en ella funciona muy bien. Además se atrevió con unos labios a juego. Una boca sensual y en colores llamativos, algo que no suele llevar la madre de Leonor y Sofía, que es más dada a los nudes y a los rosas empolvados. El maquillaje de ayer fue toda una sorpresa, y su peinado no lo fue menos. Con unas ondas al agua recogidas en el un elegante moño, Letizia volvía a demostrar la versatilidad de su ‘bob’.
A la cena de gala, además de altos cargos como Segolene Royal, Ministra de Ecología, Anne Marie Hidalgo, alcaldesa de París, o Manuel Valls, jefe de gobierno francés, también acudieron la modelo Inés Sastre y Luz Casal.
Hoy los reyes visitarán la Asamblea Francesa, donde don Felipe realizará un discurso íntegramente en francés, que será retransmitido a todo el país.