Las condiciones que Rebecca Lima le pone a Jordi Cruz para ser padre

Jesús Calleja ha logrado que Jordi se abra hasta el punto de explicar porqué todavía no se ha animado a convertirse en papá si siempre ha dicho que le gustaría tener hijos

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Jordi Cruz y Jesús Calleja

Jordi Cruz es el primer invitado de Jesús Calleja

Mediaset España

Jordi Cruz (44 años) tiene un perfil marcado. Uno que se ha forjado tras formar parte del jurado de las diferentes versiones de 'MasterChef' durante la última década. Es ácido y directo con sus críticas. Valora el trabajo y comparte orgulloso las situaciones que ha tenido que superar hasta ser el reputado chef que hoy es. Sin embargo, a Jesús Calleja (57 años) le han importado poco o nada la cantidad de estrellas Michelín que tenga (aunque han hablado del tema). El aventurero ha logrado sacarlo de su zona de confort y ha descubierto su faceta más íntima mientras recorrian juntos Grecia en 'Planeta Calleja'.

El chef, además de confesar la complicada relación que ha mantenido siempre con su padre, ha hecho otra revelación sorprendente, y es que no es muy dado a hablar sobre su vida privada y menos sobre sus planes de futuro y su pareja. Comparte su vida desde hace cuatro años con la modelo brasileña Rebecca Lima y ante la directa pregunta de Calleja "¿Quieres ser padre?" ha contestado sin ambajes, "si", y después de bromear sobre su edad, ha explicado porqué no lo es todavía: "ella tiene obsesión con la piedra y el anillo y todos esos rollos... a una brasileña para casarse hay que pedírselo a su padre, darle el anillo..." dice con pesar pero a la vez divertido, de manera que tiene mucho pasos que dar antes de buscar el embarazo.

También hay que tener en cuenta que en plenamente consciente de que entre los rodajes de 'MasterChef', el día a día de los restaurantes y las otras labores que tiene Jordi Cruz es complicado plantearse la paternidad. Sin embargo, el chef es consciente de que también necesita reservar huecos para el ocio y el entretenimiento. "O empiezo a buscar tiempo para mí o tengo un problema. Llevo 30 años picando piedra", responde a Calleja. Su equipo se queda al frente mientras el cocinero se traslada hasta Grecia, lugar que él mismo ha elegido: "Es la cuna de la discusión, de la filosofía. Es la cuna de la cultura Mediterránea que tanto nos gusta". Pero los sitios que visitan no son habituales, al igual que las conversaciones. No son triviales.

Jordi Cruz recuerda todo el camino que ha seguido hasta llegar a dónde está hoy y qué supuso para él ser el chef más joven con una estrella Michelín. "Para mí fue algo más continuista, una evolución de todo el trabajo que estaba realizando", confiesa. Sin embargo, no todo es trabajo. Calleja sabe que para conocer a alguien, hay que saber sobre sus raíces. El aventurero comienza el viaje preguntando por sus padres: "¿Quiénes son?". Pero el chef matiza su pregunta: "Mi padre era Federico. Murió hace unos años, pero él ha gozado".

Jordi Cruz y Jesús Calleja
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Define a su padre como un hombre con "un carácter maluco". "Pese a eso y a no siendo el padre más cariñoso del mundo, siempre entendí sus negatividades. Entendí que de pequeño, con 12 años, había estado en una fábrica, que habái vivido una guerra, que perdió muchos hermanos de joven... Vivió muchas cosas que no le dejaban ser feliz", recuerda. Jordi no tiene reparo en confesar que su padre no le dijo 'te quiero'. "Yo se lo dije por primera vez dos horitas antes de morir", asegura ante la estupefación de Calleja. "Siempre pensé: 'Me gustaría que mi padre no se vaya sin haberle dicho te quiero'", añade.

El padre de Jordi Cruz sufrió "un alzheimer bestial" durante sus últimos años de vida. "Seguramente el hecho de que esa mirada ya no contenía nada, me facilitó la tarea", apunta. El chef confiesa que esa relación supone un lastre para él, uno que "está bastante bien gestionado". "El monstruito lo he metido en una caja para que sea energía y me ayude a hacer cosas. La otra parte me ha ayudado a ser más creativo. He aprendido que con esfuerzo, incluso las cosas más insalvables, como la timidez o el mal carácter, se pueden superar", reflexiona.

Esta relación afectó a su percepción de la realidad durante sus primeros años de vida. "De niño yo pensaba que era malo, que no era un buen estudiante", apunta. No señala a su padre como responsable de estos pensamientos. "Pero tampoco hacía nada para que me sintiera mejor. Pasaba olímpicamente de mí", añade. La primera vez que escuchó a su padre hablar con orgullo de él fue por casualidad, con unos amigos. Cuando murió, en su despacho, descubrió una carpeta llena de recortes de periódicos en los que aparecía Jordi. Pese a lo complicado de la situación, el chef no responsabiliza a su progenitor de la situación: "No puedes echarle en cara a una persona que no sabe transmitir emoción".

Una ruta diferente por Grecia

Calleja no acostumbra a ir por los sitios 'típicos'. El aventurero y el chef viajan a Tesalia para comenzar su aventura en la Península de Pelión, donde según la mitología vivían los centauros. Realizan un trekking a través de las montañas de Pelión, recorriendo varias aldeas y llegando al mar a caballo. Durante un recorrido en velero por el Golfo de Volos, desde el que partió la famosa expedición mitológica de Jasón y los Argonautas, pescan erizos que Cruz utilizará para preparar un suculento plato en cubierta.

Un descenso de cañones por las laderas orientales de la península, con rápeles de hasta 35 metros de altura; y una visita a los espectaculares monasterios suspendidos de Meteora, donde pueden cambiar impresiones con un monje ortodoxo, son otras de las actividades que realiza Jordi Cruz, que en los altos del camino, a lo largo de sus charlas con Calleja, cuenta vivencias, anécdotas e íntimosy emocionantesrecuerdos de su vida.