Jessica Bueno (33 años) confesó en sus últimos días dentro de la casa de Guadalix que lo que estaba sintiendo por Luitingo era algo muy especial. Tanto que le daba incluso miedo. Tras el final del reality los ya exconcursantes de 'Gran Hermano VIP 8' han viajado juntos de vuelta a sus casas para estar con sus familias en Navidad. Pero antes de poner rumbo a tierras andaluzas, han hecho una parada juntos en el pueblo de la modelo, Los Molares (Sevilla), donde fueron recibidos entre aplausos, vítores y gritos de "ganadora". Aunque todavía no han confirmado que estén juntos (casi no hace falta después de ver sus miradas, escuchar sus palabras y saber las declaraciones que se hicieron), los amigos especiales tienen muchas ganas de dar rienda suelta a su historia de amor. Eso sí, desde el comienzo la que fuera pareja de Kiko Rivera tiene claro que hay algo muy importante en su vida que los frena. Un peligroso riesgo que puede poner en peligro toda su ilusión y el futuro que podrían construir juntos.
Antes de que se acabara la edición, Lutingo y Jessica tuvieron algunas conversaciones muy sinceras. Hablaron de lo que les gustaría tener, del futuro que podrían construir, de los sueños, de lo mucho que sentían el uno por el otro... Pero Jessica supo tener los pies en la tierra y le confesó qué pensamiento era el que no se podía quitar de la cabeza. Muy generosa y honesta, la sevillana explicó al cantante que ella ya había vivido ciertas cosas en su vida por las que no quería volver a pasar y entendía que él sí las quisiera. "¿Sabes cuando quieres tanto a alguien que prefieres dejarle libre? Porque sé que yo tengo tres hijos y que no voy a volver a ser madre, como tú tienes todo el derecho del mundo a que te pasen esas cosas... en algún momento tienes que ser padre", dijo mirándole a los ojos. "No quiero sentir más para que no me hagas daño", añadió muy emocionada.
Muy conscientes de que pase lo que pase no va ser fácil llevar una relación (porque además ella vive en Bilbao), Jessica continuó explicando que tiene mucho miedo de sufrir, pero Luitingo insistió en que estaba muy enamorado. "Si me tengo que hacer 700 kilómetros, coger un avión o un ave, ¿tú crees de verdad que no lo voy a hacer?", le preguntó a Bueno. "Yo te he dicho lo que pienso, paciencia. Poco a poco", dijo al cantante, que no dudó en contestar tajante con otra pregunta en la que dejaba claros sus sentimientos: "¿Qué se siente cuando te dicen que 'está enamorado de ti' en tu casa?". "Entre vergüenza, alegría y miedo. Tú sabes también lo que pienso sin tener que decírtelo solo por como actúo contigo", reveló ella.
La familia de Jessica Bueno
En 2011 Jessica se atrevió a concursar en 'Supervivientes', edición en la que coincidió con Kiko Rivera. La modelo, que entonces tenía solo 20 años, quedó en sexta posición después de 77 días. No ganó el premio pero se enamoró del hijo de Isabel Pantoja, con el que comenzó una relación que duró dos años y de la que nació su primer hijo, Francisco. Aunque los dos confesaron lo mucho que se querían e intentaron que su historia de amor fuera duradera por el bien de su niño, la pareja rompió de mutuo acuerdo en 2013.
Tras la ruptura, Jessica empezó su relación con Jota Peleteiro tras su separación del hermano de Isa Pantoja y ambos siempre se mostraron enamoradísimos tanto en sus apariciones públicas como en todo el contenido que compartieron en sus redes sociales. De hecho, el deportista tiene la cara de su mujer tatuada en el pecho en tamaño XXL. A principios de 2015 Jessica y Jota anunciaron que se darían el 'sí, quiero' ese mismo verano en Marbella tras dos años juntos. La andaluza dejó su vida en España para acompañar a su exmarido en Inglaterra, donde el gallego jugó en Brentford, Birmingham y Aston Villa. En su regreso a España, la familia se instaló en Bilbao y tuvieron dos hijos, Jota y Alejandro.
Jessica se ha desmarcado siempre por completo del clan Pantoja y prefiere mantenerse en un segundo plano siempre. Además, su relación a día de hoy con Kiko Rivera es buena y de lo más cordial. Tanto, que el Dj no dudó en reaccionar a una imagen de de su expareja junto a Jota y sus tres hijos: "Familia de guapos", unas palabras que evidencian el buen rollo que existe entre ellos a pesar de todo lo que se ha especulado. Eso sí, la modelo dejó claro que su familia son únicamente sus hijos: "Para mí, mi familia es mi hijo", reveló en 'GH VIP 8'. Pero no solo eso, la modelo siempre habla maravillas de Kiko Rivera, Irene Rosales. "Irene es como si fuese también una madre para mi hijo, lo quiere mucho", dijo en la casa de Guadalix. "Me cae genial. Es estupenda. Le ha hecho mucho bien a Kiko. Le ha dado estabilidad y la seriedad que necesitaba", añadió.