La hija de El Cordobés y otros vástagos de famosos que curran en hostelería

Los bares, cafés o restaurantes a menudo dan trabajo a los retoños de nuestros famosos más queridos

Gracias a El Español hemos sabido que la hija mayor de Manuel Díaz ‘El Cordobés’, Alba, fruto de su matrimonio con Vicky Martín Berrocal, a pesar de no haber cumplido la mayoría de edad, ya curra como la que más en un chiringuito marbellí, donde trabaja como relaciones públicas.

Parece que la familia está encantada con esta madura decisión que ha tomado Alba, de 17 años de edad, y que nos hace entrever lo responsable que es. Además de estudiar durante el curso, el verano lo está aprovechando para sacar un dinerillo extra y no tener que pedir un solo céntimo ni a papá ni a mamá. Para que luego digan que los hijos de famosos son todos unos consentidos malcriados…

Su padre, que veranea con su mujer y sus dos hijos menores cerca de donde trabaja la adolescente, parece encantado con la decisión que tomó la mayor de sus vástagos. De hecho, alguna que otra vez se ha dejado caer por las instalaciones del chiringuito, Funky Buddha Beach, para ver qué tal se le da y está feliz con la profesionalidad de Alba. Y su madre, tal y como ha podido saber el medio digital, tres cuartas partes de lo mismo. La diseñadora apunta a que tanto ella como Manuel empezaron a trabajar muy jóvenes, “cuando le surgió esta oportunidad en Marbella le dijimos que adelante”.

Y no es la única hija de famoso que empieza a trabajar bien jovencita en la hostelería. Recientemente, la mayor de toda la descendencia de Reese Witherspoon, Ava, está ejerciendo de camarera en una pizzería. Responsabilidad suya es que los clientes de este restaurante italiano de Los Ángeles encuentren todo lo que necesitan, estén atendidos en todo momento y que las mesas sean recogidas y puestas en el menor tiempo posible. Lo que nos recuerda de manera irremediable al primer oficio de Brooklyn Beckham, un par de años antes de dárselas del fotógrafo del momento. Esta vez fueron sus padres, David y Victoria, los que decidieron que era una buena idea que el joven trabajara y se ganara la paga. Le buscaron un trabajito después de las clases en una cadena de cafeterías. Él no servía bebidas, sino que se dedicaba a limpiar las mesas. Y, después, vuelta a casa en Ferrari.