Jorge Javier anoche le tocó trabajar, además de cómo presentador, de pacificador. Tenía que mediar en los grandes cismas de la casa de Gran Hermano 17, con protagonistas de los conflictos más encarnizados. A saber, Bárbara vs. Fernando, Miguel vs. Adara y Meritxell vs Rebeca (que, desde luego, no están al mismo nivel que los otros).
Inauguraron esta sección, que podría haber tenido como sintonía de fondo el ‘Why can we be friends?’, Barbi y Fer. Jorge les hizo recordar cuál había sido el momento más bonito que habían tenido juntos, y la youtuber lo tuvo claro: el abrazo que se dieron al principio de la convivencia, cuando mutuamente se revelaron datos de sus vidas privadas y acabaron llorando. Los dos coincidían que su mayor problema radica en que no se ponen de acuerdo, a lo que el andaluz añadió “los gritos”. El presentador les pedía que se dijeran todo aquello que les gustaría decir al otro. “Me gustaría entender sus puntos de vista”, empezaba Fernando, “que me los argumentase sin gritar”. Bárbara quería “no meter más hierro al asunto”, y olvidarse de todo. Además, ha dicho que estos días lo ha echado de menos, algo que su interlocutor se ha tomado a guasa.
¿Y qué nos decís del auténtico conflicto de la casa, el protagonizado por Miguel y Adara? Tras el broncón vivido esta semana, cuando la azafata se enteró de que el modelo sentía por Pol, habían estado con más tensión que Frodo en una joyería. En el acercamiento cara a cara, Miguel ha sido quien ha arrancado la conversación: “Somos tres personas sufriendo y no hay ni ganadores ni perdedores, nos estamos moviendo por sentimientos. Por el bien de los tres, deberíamos tener buena comunicación”. Ha recalcado que no quiere perder a su amigo, pero Adara no olvidaba las crueles palabras del propietario de los peluquines: “Me dijiste mala persona, que estaba enferma y maquillaste la historia”. Este le ha dicho que ella se dio cuenta de sus sentimientos antes, incluso, que él mismo. Han entendido que les han perdido las formas, y Miguel, tras una pequeña reprimenda de Jorge, ha reconocido que tal vez tenga que dar “un pasito atrás” con sus comportamientos si estos van a hacer sufrir a su compañera.
Lo más maquiavélico de todo, y que ayer conocimos gracias al casting de Miguel, es que este aseguró tener debilidad por los heteros y que uno de sus pasatiempos preferidos es poner a las parejas al límite. Hay que se divierte con el punto de cruz, y después está Miguel que lo pasa pipa poniendo punto (y final) a los enamorados.