Durante algún tiempo se habló mucho de la mala relación que podría tener Isabel Preysler (72 años) con su yerno, Íñigo Onieva (34 años). El motivo es más que conocido, ya que tuvo que ver sufrir a Tamara Falcó (41 años) tras aquella infidelidad que todos pudimos ver. Sin embargo, la chef se ha empeñado en que todo cambie y ha conseguido un gesto por parte de su madre que podría significar una completa evidencia de que las cosas están por muy buen camino entre ellos.
Tiene especial relevancia el hecho de que Isabel no dudase en mostrar públicamente su rechazo hacia Onieva por todo el daño que le estaba causando a su hija. De hecho, cuando la Marquesa de Griñón decidió perdonarlo y darle una nueva oportunidad, fueron muchas las preguntas dirigidas para conocer la opinión de su madre, la cual prefirió guardar silencio para no entrometerse en las decisiones de su hija.
Isabel Preysler acerca posturas con Íñigo Onieva
Para una madre lo importante es que un hijo sea lo más feliz posible. Eso es lo que debió pensar la ex de Mario Vargas Llosa cuando Tamara se dio el famoso ‘sí, quiero’ el pasado mes de julio. De lo que sucedió en el interior de la boda pocos datos se conocen, más allá de alguna anécdota o del menú que los novios eligieron para todos sus invitados. Sin embargo, sí que hubo quien indicó que Isabel estuvo bastante distante con la familia de su yerno, algo que incluso se habló de una posible rivalidad de esta con la madre de Onieva por la elegancia de ambas.
Tras el enlace matrimonial han sido pocas las apariciones de Preysler. Además, el recién estrenado matrimonio se había mudado a la casa de Isabel hasta que puedan iniciar su nueva vida de casados en el lujoso ático que tantos quebraderos de cabeza les está trayendo. Quizá por ello han acercado posturas e Isabel ha podido comprobar el amor que siente su yerno hacia su hija y le haya hecho cambiar de opinión.
Tamara decidía compartir una fotografía en la que posaba junto a su madre, su marido y su cuñada, Alejandra Onieva. La fotografía no es casual, ya que es una forma de demostrar que en el seno de su familia todo está más que correcto entre ellos. Además de estar todos con una amplia sonrisa, no solo Isabel tiene un acercamiento con su yerno, si no que también lo hace con la hermana de este, incluyendo a su familia en sus eventos.
Isabel Preysler y el perdón a Íñigo Onieva
Cuando Tamara Falcó decidió en enero de este año darle una nueva oportunidad al amor y a su por aquel entonces futuro marido, sabía que iba a tenerlo complicado y que mucha gente se volvería en su contra. Lo que no podía imaginar es que una de ellas iba a ser su propia madre, aunque ahora ya las aguas hayan vuelto a su cauce. “Espero que Íñigo no se vuelva a equivocar”, fueron las palabras que expresó Isabel cuando tuvo conocimiento de la nueva oportunidad que su hija había decidido darle a su novio tras haberse confirmado la infidelidad de este último.
Onieva era consciente de este malestar de su suegra y por ello decidió escribirle una carta el día de su boda, en la que le pedía perdón y además le hacía una importante promesa. “Piensa que la mejor manera es una carta manuscrita, es un lenguaje en el que a Isabel Preysler le gusta mucho comunicarse, ella no tiene ordenador portátil, no tiene correo electrónico y recordemos que ella rompe con Vargas Llosa con una carta”, exponía la periodista del programa de las mañanas de Telecinco que había podido acceder a la carta íntegra.
“Íñigo Onieva empieza la carta pidiéndole perdón por todo el sufrimiento que ha causado a su hija y por extensión, perdón a ella y a toda su familia por el sufrimiento que han tenido al ver sufrir a Tamara”, continuaba diciendo. “A lo largo de esta carta hace una promesa, le viene a decir a Isabel Preysler que va a dedicar el resto de su vida en hacer feliz a Tamara Falcó” decía sobre la eterna promesa que Íñigo querría cumplir.
“Es el mensaje que quiere transmitir con esta carta, por un lado perdón y por otro mostrar esa entrega en conseguir la felicidad de Tamara. Son las líneas generales de esa carta que es extensa”, resumía la periodista. De esta manera, se podía ver como un paso al frente que, sin duda, puede haber supuesto ese acercamiento entre ambos. Además, el hecho de convivir bajo el mismo techo seguro que también ha ayudado a que la relación entre suegra y yerno mejore día a día.