No ha sido una gala fácil la de la quinta entrega de 'Bailando con las estrellas'. La noche ya comenzaba movidita cuando Joaquín Cortés hizo un alegato sobre que el público debía pensar mejor las decisiones que tomaba en cuanto a las votaciones porque se había quedado muy triste con la expulsión de Rossy de Palma. Sea como fuere, lo peor estaba por llegar. cuando Pablo Ibañez ('El Hombre de Negro) y Sara Baudín demostraron sus habilidades con la samba 'La gozadera'. Una actuación que no gustó mucho al jurado y que fue valorada negativamente.
"Yo creo que sí que he evolucionado y, bueno, no sé. Creo que sí que se me ve mejor que al principio", decía Pablo intentando que el jurado se apiadase de él. Sin embargo, sus argumentos no les convencieron y los miembros del jurado le otorgaron las puntuaciones más bajas de la noche: un cuatro, otro cuatro y un seis. Momento en el que el concursante aprovechó para preguntar si podía hablar. "Claro", le decía Rocío Muñoz. "Yo no entiendo la parte en la que se dice que hay evolución y las notas bajan. O hay evolución o no hay evolución, pero si la hay, entonces las notas deberían cambiar. Pero vamos, yo sigo con la moral bien alta", confesaba mientras de fondo se escuchaba al jurado (que creyeron tener los micrófonos cerrados) decir que no la había habido.
Pero como donde las dan las toman, Joaquín Cortés aprovechó la siguiente actuación de la noche, la de Manu Sánchez y Mireya Arizmendi para lanzarle un dardo envenenado: "A lo que yo me refería antes es que aquí se ve una evolución, un trabajo. Y hay gente que tiene que entender que la evolución es trabajando y no quedándose en lo de siempre. Vosotros seguís avanzando, seguís creciendo programa a programa y por eso tenéis que seguir una semana más".