Casilda Finat, la íntima de Tamara Falcó en números: 3 hijos, 9 tiendas y 7,5 euros unos pendientes

Cuando Casilda Finat acaba de convertirse en madre por tercera vez, algo que ha llenado de alegría a su amiguísima Tamara Falcó, repasamos c��mo esta madre de familia ha logrado hacerse un nombre entre las firmas de accesorios de nuestro país vendiendo pendientes a 35 euros el par

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

casilda finat
@casildafinatmc

Casilda Finat (37 años) no cabe en ella misma de gozo. Está exultante de alegría. El viernes nació su tercer hijo, y ella anda en una nube. Una felicidad que es compartida por su círculo más cercano, entre las que se encuentra Tamara Falcó (42 años). Y es que, estas dos mujeres formadas en colegios privados, que comparten viajes religiosos y de hablar parecido; son amigas íntimas. Cercanísimas. Están para lo malo y, por supuesto, también para lo bueno. La empresaria no falló a la chef cuando, el otoño pasado, hace justo un año, la visitaba día sí y día también tras su ruptura con Íñigo Onieva. Casilda y Ali Finat acudían puntuales sí o sí, junto al sacerdote amigo de Tamara, a la casa de Isabel Preysler, donde ella se recluyó.

Y de las lágrimas a las risas, porque ahora, casi 365 días después, el panorama no puede ser más distinto. Falcó es una mujer casada, sí, con Onieva, y Casilda acaba de volver a ser madre. La vida, una vez más, les vuelve a sonreír.

De Tamara Falcó lo sabemos todo, o casi todo. Pero esta empresaria, que dejó atrás su trabajo en una consultora de recursos humanos, tiene una historia que también merece ser contada. Así consiguió Casilda Finat de ser solo ‘la amiga de Tamara Falcó’ a tener una de las marcas de accesorios de mayor proyección. 

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Casilda Finat hacer negocio vendiendo pendientes a siete euros y cruces a diez

Ahora mismo, en la amplísima selección de complementos que ofrece la tienda online de Casilda Finat MC encontramos brazaletes a 40 euros, colgantes que superan los 30 y, también pequeñas cruces de olivo de 10 euros. Ella, para la que una despedida de soltera a Fátima es un verdadero planazo, no podía dejar de lado su religión en su negocio. Y es que la madrileña ya no sabe distinguir la vida ni los negocios sin la presencia constante de Dios, a quien dedica todos sus logros. Como logro fue pasar de vender joyitas por casas de sus amigas, enseñándoles su pequeño muestrario a montar una página web en la que poder satisfacer a un número de clientas que no hacía más que ir en aumento. Y así, en tiempo récord, Casilda pasó de recorrer mercadillos y pop-ups a tener su propia tienda física. Le seguirían ocho más. 

Ante ese ritmo de trabajo, mantener su puesto en el departamento de recursos humanos en una gran empresa era imposible. Casilda ya era madre de dos pequeños y pensó que lo mejor para ella y para su familia era arriesgarse. Y ganó. En su salto al vacío dejó atrás las nóminas y se aventuró, como nunca antes, a lo desconocido. 

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El éxito de sus ‘joyitas’, como ella las llama, además de en sus precios populares, radica en que Casilda no se las quita. Las manos de Finat son un muestrario andante de anillos, sus muñecas, de pulseras y sus orejas, con infinitos agujeros, de pendientes de diferentes tamaños. Ella usa los productos que vende y, además, los muestra en redes sociales. Porque ahí es donde reside su gran triunfo.

Casilda Finat, prescriptora para más de 300.000 seguidores 

El día que Casilda Finat llevó a su tercer hijo a su casa y enseñó el moisés en el que iba a dormir, más de 300.000 personas contemplaron la estampa. Seguidores y curiosos que se asomaban a la ventana que la empresaria tiene en las redes sociales para no perderse nada de la llegada de este nuevo miembro de la familia. La empresaria ha entendido que su cuenta en Instagram sirve para desvelar detalles de su vida privada, siempre respetando al máximo la privacidad de sus pequeños, a los que no acostumbra a sacar; y, también, para mostrar su trabajo. Un ten con ten. Por lo tanto, sus publicaciones son una mezcla de cotidianidad privada y empresa; donde, a veces, ambos límites acaban entremezclándose. 

casilda finat mc
@casildafinatmc

Casilda habla de cómo decorará la habitación del pequeño, pero también muestra la colaboración que está realizando con una marca infantil; y, mientras empaca, nos muestra sus manos enjoyadas, todo cortesía de Casilda Finat MC.

Después de sus amigas, sus seguidoras fueron sus primeras clientas. Finat ya acumulaba miles de ‘followers’ que disfrutaban de su contenido en Instagram. Chicas como ella, monísimas, de estilo clásico que buscaban arriesgar (pero solo un poquito), y que les podía hacer gracia eso de ponerse una fresa como pendiente. Después, a todas les preguntarían que dónde habían comprado semejante ocurrencia y acabarían compartiendo la tienda de esta madre de tres.

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Y esto funciona porque Casilda Finat ha sabido entender a su comunidad. Una comunidad de chicas que podrían ser perfectamente sus amigas. Conoce a su público porque ella se halla entre el mismo y le habla de una manera que conecta de manera directa porque, de nuevo, es como si les hablara a sus íntimas. Como si Tamara Falcó estuviera al otro lado de la pantalla mientras ella le cuenta los avances en su casa nueva. Ha entendido que para fidelizarlas a todas, más vale que les cuente cosas que les puedan interesar y esto va desde su último descubrimiento de decoración, a lo que merienda pasando por los bocetos de su vestido de novia, aunque cuando se casó esto de las redes sociales no tenían la fuerza que tienen ahora. 

Domina a la perfección el lenguaje de Instagram; y lo hace de una manera mucho mejor que la de su igual Tamara Falcó. Quizás es porque ella se puede permitir una cercanía y una frescura que a la televisiva no se le concede. Ella puede abrir sus historias y, simplemente, compartir. Un privilegio que no tiene la hija de Preysler.