La colección cápsula que ha lanzado Meghan Markle está repleta de intenciones. La duquesa de Sussex presentó ayer en su primer acto oficial tras ser madre una serie de prendas que ha creado con fines benéficos.
El de ayudar es el primer objetivo. Todos los beneficios recaudados con la venta de estas piezas irán destinados a Smart Works, una asociación que ayuda a mujeres a encontrar trabajo.
Teniendo en cuenta esto la mujer del príncipe Harry ha querido que el precio de las prendas sea asequible. Así la duquesa de Sussex pretende que cualquiera pueda comprarlas y colaborar con la causa.
Una de las piezas más exitosas de la colección es un vestido pensado para lucir en el día a día disponible en negro y rosa. Lo más llamativo es su coste. El vestido cuesta 23 euros, un precio de lo más normal y con el que Meghan es capaz de competir con las firmas de moda que más consumen las mujeres a nivel internacional.
Y de ahí viene otra de las intenciones de Meghan con esta colección, que no es otra que la de acercarse a la gente. En definitiva, un trabajo benéfico y asequible, dos características que han sido muy alabadas y con las que la duquesa de Sussex ha descansado por unas horas de las críticas negativas.
Eso sí, quien quiera el vestido tiene que darse prisa. Lleva solo veinticuatro horas a la venta y algunas tallas ya están agotadas y de otras quedan pocas existencias. Algo con lo que Meghan Markle está muy satisfecha.