La reina Silvia de Suecia es una de las royals de Europa más admiradas y queridas por sus ciudadanos. Tras su matrimonio con el rey Carlos Gustavo, la alemana de 76 años se ha ido ganando el cariño de su pueblo, guardando en todo momento la compostura y siendo representante absoluta de la Corona en las causas solidarias y sociales.
Sin embargo, la sonrisa eterna de Silvia no muestra un dolor interno que la soberana lleva años guardándose para ella: la muerte de su madre, por razones por las que la Casa Real casi no se ha pronunciado. "Estás feliz por fuera, pero lloras por dentro", admitía en una entrevista con la emisora SVT.
La reina Silvia de Suecia reconoce la depresión severa que sufría su madre, Alice Sommerlath.
La mujer de Carlos Gustavo de Suecia reconocía entonces que Alice Sommerlath, fallecida en 1997, padecía una depresión severa que le impedía poder disfrutar de las cosas bonitas del día a día. La negatividad y la niebla se habían apoderado de su felicidad. Para tratar su enfermedad los doctores la mantuvieron medicada durante unos meses, pero el tratamiento no hizo el efecto deseado.
Fue entonces cuando se optó por un método diferente. "Le dieron medicamentos y descargas eléctricas en ambos lados de su cerebro", confesó la reina Silvia. Un tiempo después, Alice Sommerlath enfermó de demencia, y su hija siempre sospechó que esta nueva enfermedad había sido a consecuencia de las descargas.
Su madre empeoraba a pasos agigantados. "A veces preguntaba por mi difunto padre. Una y otra vez y siempre había que explicarle que ya no estaba vivo". En Palacio, la madre de la monarca también tenía grandes lagunas, y a menudo olvidaba los nombres de los miembros de su familia.
Fue en 1997 cuando Alice murió. La reina Silvia la cuidó en el Palacio de Drottningholm hasta el final, y su muerte la motivó para lanzar el proyecto Silviahemmet, dedicado al apoyo y la atención de personas con demencia. "Se solía pensar que la gente simplemente se olvida de la vejez. Pero es una enfermedad cerebral grave. Los pacientes necesitan atención profesional", reconocía la madre de la princesa Victoria. Desde entonces, no ha dejado de colaborar en diferentes acciones dedicadas a la investigación de esta enfermedad degenerativa.