Elisabeth de Bélgica (18 años), Amalia de Holanda (16 años) e Ingrid Alexandra de Noruega (16 años) representan la nueva generación de reinas de Europa, Un cargo para el que están siendo preparadas a conciencia, tanto a nivel educativo como en sus habilidades, y por el cual deben mantenerse alejadas de cualquier tipo escándalo. Pero... ¿qué pasaría se vieran inmersas en una situación complicada?
A pesar de que su status las mantiene alejadas de este tipo de situaciones, las estadísticas hablan. Tal y como informa UNICEF, alrededor de 15 millones de adolescentes en todo el mundo se quedan embarazadas accidentalmente cada año. Y ellas entran dentro de este grupo de chicas jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años.
Si miramos hacia atrás en el tiempo, en la historia nunca ha habido una heredera al trono de una Casa Real de Europa que se haya quedado embarazada sin estar casada. Al menos no oficialmente. Sin embargo, es en este momento en el que la probabilidad es más alta debido a la cantidad de mujeres que tomarán los tronos en la nueva generación.
A esta estadística se le suma que hace años mantener relaciones antes del matrimonio era un tema tabú, algo que en la actualidad está más que normalizado entre chicos y chicas jóvenes. Por lo que la situación no sería tan descabellada.
Entonces... ¿qué pasaría si Elisabeth de Bélgica, Amalia de Holanda, Ingrid Alexandra de Noruega o alguna otra heredera menor que ellas se viera en una situación de embarazo no deseado?
Pese a que la protesta de los medios de comunicación y los ciudadanos sería más que evidente -ya que sería una muestra de irresponsabilidad-, ninguna de las herederas de Europa cambiaría el rumbo de su futuro de enfrentarse a este tipo de situación. Según las leyes, un embarazo no afectaría la propia sucesión al trono. De lo contrario, muchos príncipes herederos nunca se habrían convertido en reyes ... Sin embargo, su descendencia ilegítima no tendría derecho al trono.
Lejos de un aborto -algo impensable ya que si saliera a la luz se convertiría en un escándalo mayor-, una boda podría ser una solución más aceptable. Con ello la descendencia aún podría nacer dentro del matrimonio y el escándalo al menos se mitigaría un poco. Esta variante es bastante posible, especialmente en países católicos.
Pero hoy en día también se podría optar por una estrategia diferente en las Casas Reales. El palacio podría representar públicamente un embarazo no planeado y así demostrar la cohesión familiar. Porque, como bien es sabido, los embarazos en la adolescencia no son infrecuentes. Una sola princesa podría incluso convertirse en un modelo a seguir para millones de mujeres que pasan por cosas similares y rompen el tabú que las acompaña. Y con el apoyo de la familia, de alguna manera mecerías al niño. Después de todo, la princesa Amalia, la princesa Elisabeth y la princesa Ingrid Alexandra tienen padres en los que pueden confiar.