Rara es la vez que los miembros de la realeza muestran detalles de su vida privada. Sin embargo, esta Navidad el príncipe Haakon de Noruega (49 años) y Mette-Marit (49 años) han hecho una excepción. El matrimonio ha participado en el programa 'El año con la familia' para compartir con el país un poco más de su faceta más desconocida, la de padres.
Durante la entrevista, Mette-Marit se emociona al hablar de la familia que ha formado gracias a sus tres hijos: Marius Borg (25 años), Ingrid Alexandra (18 años) y Sverre Magnus (17 años), a quienes está muy unida. "Es una bendición tener adolescentes en la casa. Poder estar en sus vidas, seguirlos a ellos y a sus amigos en todo lo que están haciendo y en todas las discusiones que tenemos... Aprendemos mucho de ellos todos los días", asegura con orgullo y satisfacción. Haakon confirma las sensaciones de su mujer y va más allá, y es que para él, además de valioso, pasar tiempo con los jóvenes es muy "divertido".
Mette-Marit, Ingrid y Haakon en un acto público en Oslo
Consciente de las edades adultas que ya empiezan a tener sus hijos no puede evitar pensar en el momento en el que decidan independizarse, ya que teme que ese momento pueda llegar pronto: "Tengo miedo de que se vayan de casa", admitía con cierto pesar.
Los futuros reyes de Noruega solo tienen buenas palabras para sus hijos, en especial para Ingrid, quien seguirá sus pasos en el trono. "Siempre ha sido muy madura y valiente, y se ha lanzado a cada desafío. Es bastante natural, ella siempre ha sido así", confesaba recientemente.
Una vida marcada por la enfermedad
El pasado mes de septiembre, la princesa Mette-Marit tuvo que abandonar un acto oficial tras empezarse a encontrar mal, lo que despertaba, una vez más, las alarmas sobre su estado de salud. La lista de dolencias de la mujer de Haakon de Noruega es amplia: Síndrome de los Cristales, depresión, vértigos y fibrosis pulmonar, una enfermedad degenerativa y crónica que le fue diagnosticada en 2018 y genera cierta dificultad a la hora de respirar, de ahí que esté en constante tratamiento.
Su delicado estado de salud le llevó a reducir sustancialmente su actividad institucional, aunque parece que desde hace unos meses todo está controlado y encara el nuevo año con ilusión y buena energía.