Los planes de Carlos III (74 años) como soberano británico siguen en marcha, por el momento parece ser que ni el monarca ni su esposa se mudarán pronto al palacio de Buckingham, que es la residencia oficial de los reyes y reinas de Inglaterra, pero sí que tienen previsto trasladarse cuando hayan finalizado algunas de las reformas que que se están llevando a cabo en la finca.
El proyecto es grande y ambicioso y tiene un gran presupuesto asignado, pero al ser una reforma tan compleja de un edificio histórico, requiere mucho tiempo, de manera que no se podrá ver a Carlos y Camilla instalados en el palacio de Buckingham hasta mínimo 2027, que sería la fecha establecida para que terminaran algunas de las reformas principales.
Palacio de Buckingham
Una reforma enorme y un presupuesto millonario
El palacio de Buckingham tiene un total de 775 habitaciones y sirve tanto de residencia privada para los monarcas que ocupan el trono de Inglaterra como para actos institucionales. De ahí la importancia de plantear una reforma que ponga a punto todas las instalaciones del edificio, que no se toca desde la década de los 50.
El comienzo de las reformas fueron con la reina Isabel II y se presupuestó en 428 millones de euros. Una cifra astronómica que hace que muchos de los contribuyentes se planteen si es rentable invertir tanto dinero en un edificio al que no tiene acceso al público.
A pesar de que al comienzo de su reinado, las fuentes cercanas a Carlos III, afirmaban que el monarca no viviría en el palacio de Buckingham porque supone mucho gasto y lo catalogaron como "no es adecuado para el mundo moderno" por ser perjudicial para el medio ambiente. Sin embargo, la actitud del soberano parece haber cambiado y ha decidido que sí se mudará allí una vez hayan terminado las reformas de los apartamentos privados que están situados en el ala norte.
La fecha aproximada de entrega de esa primera parte de la reforma está prevista para 2027, mientras tanto, Carlos III y Camilla seguirán viviendo en Clarence House, residencia que ha sido su hogar desde hace más de dos décadas.
La justificación de la Casa Real británica acerca de la ambiciosa remodelación es que es "el modo más eficiente económicamente de reemplazar estos servicios esencial y asegurar que el Palacio queda preparado para cumplir con sus funciones los siguientes 50 años, es llevar a cabo un programa de obras en varias fases durante diez años", afirmaban en un comunicado.
Carlos y Camilla en el exterior del palacio de Buckingham
Carlos III quiere que el palacio de Buckingham sea más sostenible
La preocupación del rey Carlos III por el medioambiente ha sido una constante en su vida, desde muy joven ha estado muy concienciado con la causa y ahora que tiene el poder de reducir los gastos que se generan en sus residencias se ha puesto manos a la obra y una de sus primeras medidas ha sido reducir la temperatura del termostato del palacio.
Tras la muerte de Isabel II, la temperatura en el palacio de Buckingham se ha bajado unos cuantos grados. Ha ordenado bajar la calefacción a 19º en invierno, en las habitaciones habitadas y las que están vacías debían permanecer a 16º. También ordenó apagar la calefacción de la piscina cubierta del palacio y las lámparas de gas históricas que se encendían en las estancias de esta residencia y del resto en las que estaban presentes. Ha comenzado a sustituirlas por modelos eléctricos menos contaminantes.
Sir Michael Stevens, encargado de las finanzas de la casa real como Keeper of the Privy Purse, ha explicado que estas nuevas medidas adoptadas por el monarca se deben a su deseo de que esta residencia institucional sea mucho más sostenible.
Este ahorro energético y económico que quiere implementar, Carlos III, es inversamente proporcional al aumento del gasto de la Casa Real, que ha ascendido un 5%. En el último año los royals británicos han gastado 107,5 millones de libras, lo que les ha llevado a retirar dinero de sus ahorros porque el gasto anual que sale de las arcas públicas para mantener a la Familia Windsor ha sido de 86,3 millones.
Los gastos generados por el funeral de la reina Isabel II y la coronación de Carlos III y Camilla, han sido los dos grandes eventos que han supuesto un mayor desembolso de dinero para la Corona.