El día más esperado para Anabel Pantoja ha llegado. Este viernes por la tarde, ha vuelto a subirse a la pasarela SIMOF (Salón Internacional de la Moda Flamenca) de la mano del diseñador Alonso Cozar. La sobrina de Isabel Pantoja ha aparcado las tensiones del plató de 'Sálvame', por un desfile en el que ha sido la máxima protagonista. Y ha cambiado las lágrimas y los gritos, por mucha actitud y carácter. Anabel estaba impresionante de novia flamenca. De blanco, con un majestuoso vestido de escote bardot e impresionante cola, Anabel parecía una auténtica princesa. No le faltaba ni la corona. Con las creaciones de Cozar no solo se siente plenamente identificada, sino que favorecen su silueta y le sientan como un guante.
Han sido unas semanas intensas y de mucho esfuerzo para la colaboradora televisiva. Su vuelta a SIMOF, después de haber debutado el año pasado, tenía que ser perfecta o, al menos, mejor que la anterior. Para ello, se ha sometido a un estricto plan de adelgazamiento en el que no han faltado duras sesiones de ejercicio físico y una dieta baja en calorías.
Anabel, que se sometió a una operación para colocarse una banda gástrica, había aumentado de peso en los últimos meses. Este aspecto la alejaba de lo que considera la imagen física con la que más cómoda se siente y, tal como pudo saber Lecturas en exclusiva, la prima de Isa Pantoja se la reajustaba recientemente con el fin de alcanzar más fácilmente su objetivo y lucir una figura más estilizada de cara al desfile.
Una preparación que no ha estado exenta de obstáculos, como el tapón en el oído por el que tuvo que acudir de urgencias al hospital debido a los fuertes mareos que le producía. Por fortuna, y como no podía ser de otra manera, este evento de moda se ha desarrollado de forma muy satisfactoria para Anabel, que ha brillado con luz propia.
En la propuesta de esta temporada que Alonso Cozar ha aglutinado bajo el sugerente nombre de Zingarella, han destacado la mezcla de estampados, las figuras entalladas y los volúmenes en las faldas.