Tampoco se puede decir que no nos lo esperásemos. Aída Nízar ha estado una semana en la casa pero le ha dado tiempo a revolucionarlo todo. Se ha peleado con sus compañeros, ha protagonizado momentos Aída hablando con la cámara, ha sido víctima de un acoso con expulsión disciplinaria y, como remate, se ha convertido en la última en salir del concurso de forma oficial. La española no conseguía el apoyo de los espectadores y debía abandonar la casa de Cinecittà. ¿Cómo se lo habrá tomado? Adelantamos que no muy bien...
“No nos lo esperábamos”. Barbara d'Urso, la presentadora de Grande Fratello, reconocía que la expulsión de Aída había sido una sorpresa. La concursante no conseguía convencer y acababa convirtiéndose en la última en abandonar la casa de forma oficial. Pese al enorme apoyo que había conseguido en redes, no ha sido suficiente para que los votantes cambiasen de idea. Claro que con las polémicas que ha generado, no podía ser de otra forma. Aída es extrema, guste o no.
Con todo, la sorpresa de d'Urso no iba tanto por tenerla en plató -igual ahí lo que tenía era cierto miedo-, sino por el enorme porcentaje de su expulsión. Más de la mitad de los votantes decidieron que Aída se marchara. ¡Y eso que tenían cuatro opciones para votar! La ya exconcursante se lo tomaba de la peor forma posible. Con resignación y visiblemente abatida, trataba de defenderse de las muchas acusaciones, tanto por parte de los anteriores expulsados como desde los colaboradores en plató.
“¡No merezco estar aquí!”, gritaba al público. “¡Repesca!”. Aída, conocedora como nadie de los mecanismos televisivos, bajaba el ritmo y conseguía, incluso, reconciliarse con Baye, el concursante expulsado debido a haberla acosado en la casa. La ex gran hermana sabe que su perfil polémico le genera muchos odios y necesita un poquito de cariño para continuar vinculada a la televisión italiana. Cristiano, el excéntrico colaborador de pelo bicolor, también acababa rindiéndose a las gracias de Aída. Y eso que el primer día le dijo que era insoportable.
Rabia en las redes
Mientras que el público en plató aplaudía la expulsión, en las redes se producía la reacción contraria. Muchos de los espectadores de Grande Fratello tildaban de tongo la salida de Aída y reclamaban una segunda oportunidad. La gran hermana se ha convertido en la protagonista de casi todos los vídeos de la casa y saben que, sin ella, el asunto va a caer en picado. Sí, hay alguna carpeta en marcha, pero no es lo mismo.
Está claro que ni la campaña para mandarle un mensaje en una avioneta ha servido de nada. Aída es mucha Aída, incluso para los italianos. Al menos, ha conseguido lo que buscaba: dejar el pabellón Nízar bien alto. Otra cosa es cómo.