Eugenia Martínez de Irujo (Madrid, 26 de noviembre de 1968) hija menor de Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, y Luis Martínez de Irujo. Ella es duquesa de Montoro y ha heredado de su madre, además del título de Grande de España, el gusto por alejarse del estilo más aristocrático, tanto en el modo de vida como en el vestir, luciendo un estilo personal, desenfadado y con un aire hippie. Eugenia es imagen de diferentes firmas y diseñadora de joyas.
Bautizada con el nombre de María Eugenia Brianda Timotea Cecilia Martínez de Irujo Fitz-James Stuart, es la única hija de la duquesa de Alba, la sexta después de cinco varones: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando y Cayetano. Cuando tenía tres años, su padre, Luis Martínez de Irujo, falleció de leucemia por lo que creció sin figura paterna aunque sus hermanos -con el mayor se lleva 20 años-, suplieron esta ausencia, sobre todo Cayetano, cinco años mayor que ella. Estudió en colegios de Madrid pero, como su madre, siempre ha estado muy ligada a Sevilla, ciudad donde celebró su puesta de largo en 1987, en el palacio de las Dueñas.
De romance en romance
En 1988 inició una relación sentimental con Luis González Conde con quien rompió dos años más tarde. Poco después sonaron rumores de idilio con el torero Julio Aparicio y luego con Sergio Baigorri, un joven estudiante de empresariales. A mediados de 1993 iniciaba una relación sentimental con quien iba a ser uno de los hombres más importantes de su vida, el diestro Francisco Rivera Ordóñez, cinco años menor que ella, aunque en esos momentos, su historia de amor solo duró dos años. Mientras, en 1994, su madre, la duquesa de Alba concedía a Eugenia el título de duquesa de Montoro. En diciembre de 1995, Eugenia tuvo un romance con otro torero, Miguel Báez ‘El Litri’, a quien conocía desde hacía 10 años. Pero esta relación no prosperó ya que al cabo de un año la pareja rompió su relación.
En junio de 1997, Eugenia reanuda su historia de amor con Francisco Rivera y unos seis meses después, la pareja comunica a la duquesa de Alba su intención de casarse. Ella les da su permiso. El 20 de julio del año siguiente celebra su petición de mano en el palacio de Liria con un almuerzo familiar ofrecido por los duques de Alba. Fran regala a Eugenia un anillo de Cartier y ella a él, un reloj. Esa misma tarde son recibidos por el rey Juan Carlos en el palacio de la Zarzuela a quien le pidieron permiso para contraer matrimonio, una tradición entre los Grandes de España.
Boda con Fran Rivera
El 23 de octubre de 1998 se celebró la boda entre Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera en la Catedral de Sevilla. La novia lució un vestido diseñado por Ungaro, y la tiara de Eugenia de Montijo que también lució su madre el día de su boda. El padrino de la novia fue su hermano, Cayetano Martínez de Irujo, y la madrina, la madre del novio, Carmen Ordóñez. Tras la ceremonia se celebró un banquete para más de 1.300 invitados en la finca La Pizana, propiedad situada a 30 kilómetros de Sevilla.
Al cabo de un año, el 16 de octubre de 1999, nacía en Sevilla una niña fruto de esta unión, Cayetana. Pero la felicidad entre la pareja duró poco ya que en agosto de 2001 ya habían rumores de crisis matrimonial y en octubre Fran y Eugenia ya vivían separados, ella en el palacio de Dueñas con su madre y él en La Pizana, con su hija. Semanas después, se reconcilian tras un viaje a Grecia pero al cabo de dos meses Eugenia emite un comunicado en el que anuncia que ella y su marido se separan. El torero reconoce públicamente que él es el culpable de la ruptura. Siguiendo las recomendaciones de la duquesa de Montoro para una posible reconciliación, Fran sigue un tratamiento por su “adicción a las mujeres”. Eugenia se había enterado en diciembre que él mantenía una relación intermitente desde hacía dos años con una mujer de su mismo círculo de amistades.
Eugenia se siente traicionada
Los próximos dos años siguen las idas y venidas entre la pareja hasta que en agosto de 2004, Eugenia se lleva una gran sorpresa al conocer que su exmarido sale con Carla Goyanes, hija menor de su gran amiga Cari Lapique, y afirma sentirse traicionada. En agosto de 2004 Eugenia y Francisco tramitan la separación para su posterior divorcio.
En septiembre de 2004, la duquesa de Montoro mantiene un romance con Nicolás Vallejo-Nájera, con quien rompe al cabo de unos meses. Poco después, en junio de 2005 comienza una relación con Gonzalo Miró, 12 años menor que ella, con quien comparte unas románticas vacaciones en Ibiza. Mientras, su exmarido empieza una relación (que durará tres años) con Blanca Martínez de Irujo, prima de Eugenia, una nueva y desagradable sorpresa para la duquesa.
En agosto de 2005, pide la nulidad eclesiástica de su matrimonio. En diciembre, Eugenia presenta a la duquesa de Alba a Gonzalo Miró, demostrando lo serio de su relación. Ese mismo mes, Francisco y ella ratifican su divorcio en los juzgados de Madrid. En cuanto a su hija, esta vivirá con su madre y la patria potestad y custodia será compartida.
Amor tras Gonzalo Miró
Después de dos años de relación con Gonzalo Miró, en verano de 2007 la pareja rompe y pasan las vacaciones por separado. Eugenia las disfruta en Ibiza y Marbella junto a Enrique López, excuñado de Inés Sastre y los hijos de ambos. Al cabo de unos meses, en noviembre de ese mismo año, Eugenia y Gonzalo se reconcilian pero la relación volverá a romperse en mayo de 2009, un año y medio después. En noviembre de 2009 vuelve a haber rumores de idilio con Enrique López.
En 2011, su madre Cayetana de Alba, anuncia su próxima boda con Alfonso Díez. Antes de dicha celebración y para facilitar el consentimiento de sus hijos, la duquesa reparte su herencia entre ellos. Cada uno recibe 110 millones de euros y además alguna propiedad. Eugenia recibe la mansión de Ibiza, Sa Aufabaguera, y el cortijo de La Pizana, en Sevilla. El día de la boda de la Duquesa con Alfonso Díez, celebrada el 5 de octubre de 2011, Eugenia no pudo acudir ya que se encontraba hospitalizada en la Clínica Ruber Internacional de Madrid aquejada de un brote de varicela aguda.
Fran solicita la custodia
En verano de 2012, la cordial relación que mantenía Eugenia con su ex marido se vio afectada cuando el diestro solicitó la custodia de su hija, alegando que Cayetana prefería vivir con él en Sevilla, en lugar de en Madrid con su madre. Desde entonces, la amistosa relación que tenían las dos familias se ha convertido en tensión, ya que tanto Eugenia como Francisco contaron con el apoyo de sus hermanos, y en el caso de Eugenia con el de su madre, que se sintió profundamente decepcionada con el que fuera su yerno, a quien le unía una gran amistad. En Febrero de 2013 se dictó sentencia en la cual el juez decidió que fuera Eugenia quien mantuviera la custodia y que la niña siguiera viviendo con ella en Madrid.
El 20 de noviembre de 2014 muere su madre, Cayetana Fitz-James Stuart.
En mayo de 2015 se la relaciona con Vicente Dalmau Cebrián-Sagarriga, conde de Creixell y marqués de Murrieta. Se trata del heredero de una de las más prestigiosas familias vinícolas españolas, cuyo trabajo con la uva ha sido reconocido a nivel mundial. Se les ve juntos y derrochando complicidada en el Madrid Open de tennis.