Para muchos, la primavera puede acarrear alteraciones en los horarios y un cansancio extremo, aunque tiene una clara explicación. La dificultad para adaptarse a los horarios que trae consigo esta época del año recibe el nombre de 'astenia primaveral'. Es una condición que afecta, especialmente, a aquellas personas situadas en la franja de entre 20 y 50 años. Además, muchos de quienes la padecen ni siquiera son conscientes de ello y de que esta condición existe. Los síntomas son claros. La ‘astenia primaveral’ se manifiesta especialmente con cansancio extremo, dificultad para concentrarse, alteraciones en el sueño e incluso cambios repentinos en el estado de ánimo.
Qué es la ‘astenia primaveral’
La ‘astenia primaveral’ está más presente de lo que muchos creen. De hecho, tal vez, muchas de las personas que padecen esta condición ni siquiera conocen su existencia. En consecuencia, los cambios de humor pueden ser más repentinos y extremos a falta de una explicación que respalde los síntomas que padecen, aunque las causas son encillas. El cambio de época, los horarios y el buen tiempo que trae la primavera ocasiona esta condición conocida como ‘astenia primaveral’. Según los últimos estudios científicos, afecta en mayor medida, a aquellas personas que se sitúan entre la franja de los 20 hasta los 50 años. Además, se estima que alrededor de un 2% de la población sufra los efectos de la ‘astenia primaveral’ en algún momento de su vida.
La astenia primaveral se manifiesta habitualmente con trastornos temporales del sueño. Es decir, problemas a la hora de conciliar el sueño y alteraciones en el ritmo de vigilia. En consecuencia, esta situación provoca cansancio extremo, ya que le cuerpo no ha cumplido con las horas de sueño necesarias para reponer sus energías. A priori no es un problema grave, pero con el paso del tiempo, el sueño acumulado puede tener consecuencias más serias. Entre ellas, puede desarrollarse lo que se conoce como ‘hipersomnia’. Esta condición puede interferir sobre las relaciones diarias dificultando el desarrollo laboral, educativo o en algo tan simple como las tareas domésticas. Esta condición no debe confundirse con la fatiga, ya que son síntomas distintos.
Los síntomas de la ‘astenia primaveral’
Entre los síntomas más comunes de la astenia primaveral destaca la sensación de cansancio general y la falta de energía, incluso en casos donde se ha dormido lo suficiente y el cuerpo ha recuperado el sueño. En consecuencia, pueden aparecer otros síntomas derivados de la falta de sueño como los dolores de cabeza o hipotensión arterial. Además, es habitual que se manifieste con problemas de concentración tanto para quienes trabajan como para quienes estudian. También, puede llegar a ocasionar la pérdida del apetito por la sensación de malestar general. El conjunto de los síntomas puede ir más allá e incluso puede afectar directamente a las relaciones personales de amistad y amorosas que una persona posea.
El hecho de no dormir ni descansar lo suficiente, junto a la dificultad para realizar tareas puede ocasionar irritabilidad, falta de motivación o nerviosismo, entre otras. Tal vez, en los casos más extremos y quienes son conscientes de ello, sufren estos síntomas de forma diaria. En cambio, otros pueden sentir algunos de ellos de manera puntual, temporal o incluso de forma latente. En cualquier caso, la ‘astenia primaveral’ no debe preocupar demasiado a quienes la sufren, ya que forma parte de una etapa temporal. Es decir, se manifiesta especialmente al inicio de la primera y va desaparecido durante su desarrollo a medida que la persona se acostumbra a los horarios y al clima.
Cómo combatir la ‘astenia primaveral’
Para la suerte de quienes padecen ‘astenia primaveral’, existen algunos trucos para combatirla. En primer lugar, la pre-adaptación a esta época de año. Es decir, anticiparse a los cambios de horario antes de que sucedan e ir adaptado las tareas diarias en base a los huevos horarios. Además, el ejercicio físico moderado también puede ayudar a paliar los efectos de la ‘astenia primaveral’. Otra de las medidas que se pueden llevar a cabo es cuidar la alimentación con una dieta saludable y equilibrada.
Evitar las comidas grasientas y pesadas puede ayudar a quienes padecen esta condición a sentirse mucho mejor. Del mismo modo, evitar las bebidas energéticas o los cafés y reducir su consumo puede ser una buena medida para hacer frente a la ‘astenia primaveral’. En último lugar, los complementos alimenticios como la melatonina o la valeriana pueden ayudar a mejorar la calidad del sueño que tanto cuesta conciliar, aunque no se debe abusar de ella para evitar la dependencia de este tipo de suplementos.