La plataforma 'Netflix' estrenaba el viernes, 26 de abril, la serie 'El Caso Asunta' y en pocos días se posicionó entre las más vistas en 64 países, llegando a estar en el 'Top 5' en 44 de ellos, lo que ha supuesto todo un éxito de la productora 'Bambú', pero uno de los temas de los que más se ha hablado es el que hace referencia a las diferencias entre la historia real y la ficción.
Tras cada episodio, se aclara que aunque está basada en hechos reales, "algunos personajes y escenas han sido ficcionados por motivos creativos y para preservar la intimidad de sus intervinientes", así como en el caso de "las tramas judiciales y policiales", se ha hecho lo mismo para "adecuarse al ritmo narrativo de la serie". Aún así, hay un error que hemos detectado, teniendo en cuenta el trabajo realizado con todo el elenco para hacer creíble el acento gallego de los protagonistas originales.
El error que ha pasado inadvertido con uno de los personajes de 'El Caso Asunta'
En el minuto 14 del cuarto episodio de la serie, Cristina, la policía interpretada por María León le comunica al juez Malvar, mientras realizan un segundo registro en la casa de Alfonso Basterra, que han encontrado restos biológicos de Manuel Murillo en la camiseta de la niña, - personaje ficticio que corresponde a Ramiro Cerón Jaramillo -, que tiene 21 años y ha nacido en Guatemala. Sin embargo, cuando aparece el actor que da vida a ese nuevo sospechoso, se trata de un conocido intérprete venezolano, Carlo Felice. Su hermana Isabel Murillo es Jessica Serna, colombiana de nacimiento.
El protagonista real de la historia, del que luego hablaremos para explicar más en detalle lo que supuso para él el malentendido por el error de laboratorio que le puso en la diana de los investigadores, es un joven colombiano y aunque no suma y tampoco resta la diferencia de acentos, llama la atención el enredo en el guion cuando han hecho un casting con actores y actrices de diferentes puntos de España que han trabajado durante semanas para poner el acento gallego en cada secuencia de la serie. Así, Alicia Borrachero (Elena Garrido, abogada de Alfonso Basterra) es madrileña, Candela Peña (Rosario Porto) y Francesc Orellá (JJ, abogado de Charo) son catalanes y Javier Gutiérrez (juez Malvar) es asturiano.
La otra víctima de la historia: Ramiro Cerón Jaramillo
En los cortes 11 y 15 de la camiseta de Asunta, correspondientes al cuello, encuentran restos biológicos de Ramiro Cerón Jaramillo, un joven de 21 años que no había estado en Galicia y que al ser sorprendido por la Guardia Civil, no entiende nada porque ni conoce a la niña, ni a sus padres y no entiende cómo ha podido ocurrir algo así. Por suerte, su hermana Marlen podía aportar una fotografía y al demostrar que en la red social 'Facebook' no se podía manipular la fecha de publicación de la misma, se pudo constatar que no estaba en el lugar de los hechos.
Además, estaba preparando su boda con su novia y también pudo demostrar como coartada que había estado en la tarde del 21 de septiembre junto a ella en un conocido centro comercial de Madrid probándose el traje para su enlace matrimonial, algo que también se sumó a una factura de una cena que los letrados de los padres de Asunta quisieron utilizar como contradicción. Aún así, fue llamado a declarar por videoconferencia y los abogados de Rosario Porto y Alfonso Basterra trataron de aferrarse a ese error en el laboratorio para que se levantara la imputación de su defendido, pero no lo lograron por las evidencias aportadas.
Por parte de dicho laboratorio se alegó que no pudo haber una contaminación en la que ellos fueran responsables, dado que si fuera así habría aparecido en toda la camiseta por usar la misma tijera para efectuar todos los cortes, pero lo cierto es que más allá de dónde se produjese lo que dio lugar a esa confusión, supuso un "calvario" para Ramiro, tal y como lamentaba en la entrevista que le hicieron en 'El programa de Ana Rosa' en octubre de 2015. Allí, se explicaba también por qué tenían su ADN y es que estaba siendo investigado por una denuncia por presunta agresión y en esa conversación con la presentadora, tanto él como su abogado lamentaban lo vivido: "Todavía me duele ver cómo me han tratado, que me cruce por la calle y la gente cambie de acera o que no pueda dormir".
"Si no es por el juez que interviene, me bloqueo porque yo estoy en tratamiento psicológico, recordándolo me he venido abajo. Hablo del tema y me tiembla la voz", contestaba el joven en 'Telecinco' mientras se celebraba el juicio, que también afectó a Marlen, ya que no pudo estar en la boda de su hermano en enero de 2014 al tener que declarar. Él también tuvo que hacerlo "porque es muy fácil establecer confusión", ya que era esencial "clarificar" y que no existieran dudas, porque por otro lado no había restos en el cuerpo de Asunta, esencial también para terminar con ese terrible malentendido por el que su vida, decía, "ya no será la misma".