"Comienza la cuenta atrás, si el juez no cancela la lectura de sentencia a Daniel Sancho", por Joaquín Campos, experto desplazado a Tailandia

El periodista experto Joaquín Campos, desplazado en Tailandia, nos envía una semana más su crónica con el análisis detallado del juicio de Daniel Sancho

Joaquin Campos
Joaquín Campos

Periodista expertos en sucesos. Koh Samui (Tailandia)

Daniel Sancho llega al tribunal de Samui
GTRES

El jueves, 29 de agosto, ya está marcado a sangre y fuego en el destino de Daniel Sancho y en el de sus padres. Ese día ha sido el elegido para que el juez lea la sentencia que podría enviarle al corredor de la muerte con la pena capital o, como asegura Marcos García Montes, también podrían caerle solamente seis años por homicidio involuntario, lo que le permitiría, en un par de ellos, regresar a España. 

Ha sorprendido que el juez quiera leer esta sentencia dentro de casi cuatro meses, pero después de todos los giros y cambios durante este juicio a uno ya casi no le sorprende nada. Aunque hoy se ha vuelto a tocar techo, en esta extraña representación teatral, ya que el supuesto chef tailandés, que les iba a contar que las sierras se utilizan para abrir cocos, no ha acudido a la corte porque, según él, su jefe no le ha dado la mañana libre. Para esta función inacabada, había venido Carmen Balfagón desde Madrid, pero el juez le dijo que sería mejor que no declarara para que el proceso no fuera interminable y que el poco tiempo que restaba lo dedicara la sala a escuchar asuntos más serios. 

"Las veces que Daniel caía en incongruencias o directamente mentía"

Lo que parece que ha quedado claro es que el fiscal, que fuera de micrófono aseguró que iba a ser difícil demostrar la premeditación, estuvo fuerte y concreto preguntando a Daniel Sancho al que acorraló en varias ocasiones. Uno de los principales problemas de las respuestas de Daniel a la acusación y fiscal,  – ya que las preguntas de la defensa casi no contaron el día anterior–, era las veces que caía en incongruencias o directamente mentía. Como ejemplo, cuando le preguntaron por el casi cuarto de millón de euros que Edwin Arrieta le transfirió desde su banco colombiano. Porque la respuesta del acusado fue que aquello no era cierto, hasta que le pusieron delante de sus narices los documentos que lo acreditaban, y entonces sí, aseguró que era verdad.

Otra de las mentiras más extrañas, por lo fácil de descubrir, es cuando Sancho dijo que no sabía nada del hotel Panviman, el que en teoría iba a ser el nido de ambos, pero que sorpresivamente fue cambiado por Daniel a última hora. Parece claro que Sancho buscaba más intimidad en la villa donde cometió los hechos, amplia y alejada del resto, con mucho espacio exterior: piscina y jardín. Según Daniel, él nunca había estado en el primer hotel, cuando sí que estuvo y varias veces. 

La teoría del supuesto trato de favor a Daniel Sancho

La semana también ha estado marcada por mi teoría en donde me inclino a pensar en que existe tongo o ha podido existir. Primero, por el trato de favor de instituciones penitenciarias tailandesas, que permiten que Sancho resida en la enfermería desde su llegada por una supuesta hernia discal, cuando según una entrevista para la agencia Efe, practica Muay Thai, el deporte nacional tailandés –una especie de boxeo donde se utilizan brazos y piernas– sin cesar.

Además, según la normativa siamesa, cada reo que sale de la prisión para declarar debe estar catorce días aislado por el protocolo covid, cuando Sancho regresa a la enfermería y pernocta rodeado de otros presos para volver a salir al día siguiente, como si nada. Por otro lado, se apuntaba al fiscal del proceso por haber comentado, fuera de micrófono, que iba a ser muy difícil probar el asesinato con premeditación, acción que llamó mucho la atención ya que él fue el mismo que desde octubre y hasta la semana pasada estaba completamente seguro de que así fue.

Al día siguiente, y por primera vez desde que comenzó este proceso, Daniel Sancho apareció dentro de un furgón con los cristales sin tintar, hecho que demuestra que antes sí había, al menos, ese trato de favor. A su vez, Juan Gonzalo Ospina se ha venido quejando de que el cónsul de España, Ignacio Vitórica Hamilton, viaje desde Bangkok a una isla sita a 600 kilómetros, y que esté asistiendo prácticamente todos los días a las vistas cuando en otros juicios a ciudadanos españoles se envían a cargos menos importantes. Y hoy, tras la imposibilidad de escuchar al chef de los cocos, Daniel Sancho estuvo 45 minutos realizando su alegato final, donde sigue asegurando que no es culpable y que la pelea se inició en defensa propia porque Arrieta le habría querido violar. 

Sea como fuere, comienza la cuenta atrás hasta el próximo jueves 29 de agosto, si es que el juez ese día no cancela la lectura de la sentencia o la mueve a la semana siguiente. Algo que no podría sorprender a nadie. Porque otro asunto a tratar sería el comprobar cómo el juez inició el juicio con la semana tailandesa de 'Año Nuevo' partiéndolo literalmente por dos, cuando ahora ha elegido las vacaciones de agosto españolas, tratando, como siempre, de ahuyentar a la prensa.