Cuando estoy a punto de enviar este texto al director de esta revista me entero de la triste noticia de la muerte de Concha Velasco. En la primera persona que pienso es en Manuel, su hijo, porque el deterioro y la enfermedad de nuestras madres nos ha unido especialmente. Le he escrito un mensaje en el que no solo le manifiesto el dolor por su pérdida sino el orgullo que tiene que sentir como hijo de haber estado todos los días cuidándola, queriéndola y mimándola. Eso es lo único que nos da paz ante el inmenso dolor de la ausencia de una madre. La semana que viene, os hablaré más profundamente de lo que ha sido Concha Velasco para mi familia y para mí. ¡Descanse en paz!