Kiko Matamoros tiene la voz honda y solemne de las grandes ocasiones: “Esto dura desde hace cuatro años, Pilar, y no me ha cogido de nuevas”. Y es que Matamoros ha salido en la lista pública de los morosos de Hacienda que deben más de un millón de euros al fisco. “Empecé hace cuatro años con una deuda de 200.000 euros. Hasta ese momento los que trabajábamos en televisión desgravábamos por desplazamientos, ropa y otros conceptos, pero luego se nos reclamaron esas cantidades con efecto retroactivo y con intereses”, me explica.
Y aquí viene la revelación más sorprendente en esta conversación que Kiko mantiene conmigo únicamente por amistad: “Desde hace cuatro años me están embargando el ochenta por ciento de mi sueldo. Yo vivo tan solo con el veinte por ciento de lo que gano. Por lo tanto, estoy tributando como el que más”. No entiendo entonces cómo ha salido en esta lista. “¡A mí también me sorprendió, por supuesto, verme en el Telediario de La 1 como si fuera un gran defraudador! Esa cantidad son los recargos, las multas, las inspecciones paralelas… Todo eso ha hecho una bola inmensa”, dice Kiko.
Y en ese momento revela con cierta cautela: “A veces creo que hay una mano negra, una persona con nombre y apellidos detrás de este encono”. Le pregunto qué motivo puede tener alguien para perjudicarlo. “Caigo mal a mucha gente porque parezco chulo, porque vivo bien, porque mi trabajo me gusta, porque tengo una mujer cojonuda, porque me voy de vacaciones… ¡Soy consciente de lo que soy y lo asumo!”, confiesa Kiko.
Lo veo muy tranquilo, hasta despreocupado. Le pregunto si va a cambiar ahora que ha sido señalado por el dedo de Hacienda y se echa a reír: “¡Claro que no! Voy a seguir siendo el mismo”. Pues justamente eso es lo que queremos todos sus amigos (claro que a mí gustaría, además, que se volviese antitaurino, pero esta es ya otra historia).