Hace algunos años fui a hacer una entrevista a María Teresa Campos a Mediaset. Por aquel entonces compaginaba las mañanas en Telecinco con la radio por las tardes en la Cadena Cope. Al finalizar la entrevista abandoné los estudios y vi a Teresa montada en un coche de copiloto. Conducía Gustavo, su Gustavo de toda la vida. Me llamó la atención ver a Teresa comiendo en el coche. Y me dije: “Qué barbaridad. De qué le sirve que le vaya tan bien si después tiene que alimentarse entre trayectos”. Esa estampa me pareció la viva imagen de la tristeza. Bien. Pues hete aquí que yo he acabado no solo almorzando sino también cenando en un coche. En poco más de una semana he actuado en Zaragoza, Oviedo, Albacete, Talavera de la Reina, Pozoblanco y Onda. He desarrollado tanto mis habilidades a la hora de comer en un coche que puedo tomarme el gazpacho con cuchara sin que se me derrame una gotita. ¿Soy infeliz? Yo diría que no. Me lo recuerda mi madre cuando le cuento que voy de la ceca a la meca: “¡Ay, Jorge, qué vida tan buena llevas!”. Y creo que tengo que darle la razón. Me encanta ir apurado porque así le saco mucho provecho al descanso y no tengo remordimientos de conciencia si cuando tengo tiempo libre lo pierdo en la cama trasteando con el móvil. Te das cuenta de la valía del tiempo cuando dispones de poco. Porque así lo gozas de verdad y aprendes a utilizarlo en cosas que te producen placer. No pierdes el tiempo quedando con gente que no te interesa. No lo pierdes con ligues que sabes que no te llevan a ninguna parte. No lo despilfarras y aprendes a ponerlo verdaderamente en valor. Como no me sobra tiempo, tengo cada vez menos paciencia con los libros. No me obligo a acabar ninguno. No tengo edad, ni paciencia, ni ganas. No voy a hablar de los que he descartado, pero sí de dos que me han encantado. El primero: ‘Trilogía de los años oscuros’, novela negra ambientada en la tan franquista como corrupta Barcelona de los años cincuenta. Y ‘La familia Karnowsky’, la historia de tres generaciones de una familia judía en Berlín.