Paso la tarde del sábado más bien que bien en el programa de Teresa. La Campos está un poco inquieta porque el día anterior su hija ha dado una entrevista en el ‘Deluxe’ y cree que se ha expuesto demasiado. Pero la inquietud se le pasa pronto. Desde que está con Edmundo está pletórica. Renovada. Se meterán mucho con su programa pero la tía consigue que cada fin de semana millones de espectadores la sigan. Y que no echen pestes de su público: todos estamos deseando que nos lleve porque es una plataforma de promoción extraordinaria. Yo aprovecho para hablar de mi ‘Último verano de juventud’, la temporada en el Compac Gran Vía de Madrid con ‘Iba en serio’ –del diecisiete de diciembre al seis de enero– y de lo mucho que me importa mi novio. Como estoy con la lágrima fácil se me caen unas cuantas cuando veo a mi madre en unos vídeos.
En un descanso de la publicidad aprovecho para hablar con Pablo Iglesias, con el que no había coincidido jamás. Me parece encantador. Mucho menos envarado de lo que le suelo ver en algunas entrevistas. Accesible. Muy educado. Entiendo su éxito. Creo que yo no le votaría pero su irrupción y la de Podemos ha sido fundamental para remover los cimientos de unos partidos tradicionales que olían a podrido. Me siento más cercano a Iglesias que a Rivera.
Edu Morlans y Víctor González, dos de los actores de mi espectáculo, vienen a sorprenderme al programa. Me encanta tenerlos cerca. Me cuentan que luego se van de marcha. Esta noche no me dan envidia. Hace frío y P. me espera en casa con cena y peli. Primero paseamos a los perros, luego naufragamos por distintos canales de televisión y al final me quedo solo viendo ‘El niño 44’. Me encantó. Como ‘La familia Bélier’, una que vimos el miércoles en DVD (sí, somos de esos antiguos que todavía compramos pelis en ese formato). Hacía mucho que no lloraba tanto con una película. Qué bonita. Qué emocionante. Antes de irnos a dormir damos con una entrevista a Maruja Torres en La Sexta. Me encanta Maruja. Lo que dice y cómo lo dice. La admiro. Ya he cursado petición a mi editora para cenar con ella.