Mantiene su vida privada bajo llave. Quizás porque está cansada de que se la relacionen con sus compañeros de set de rodaje. Con Hugo Silva, con quien ha mantenido un noviazgo intermitente y con el que comparte escenas en 'El corazón del océano', o con Álex Gonzalez, del que se enamora perdidamente en 'El Príncipe', y con quien se la ha fotografiado últimamente tras la ruptura del actor con Adriana Ugarte y hay quien apunta que algo tuvieron que ver los nueve meses de roulotte que ambos vivieron entre Ceuta y los distintos platos de la serie de T5. Lo cierto es que es la chica del momento. De origen musulmán, mirada esmeralda y pronuncidas curvas, pudimos hablar con ella durante la puesta de largo de la serie en la que da vida a Fátima, un personaje para el que confiesa que “mis raíces me han ayudado muchísimo a prepararlo”.
Es profesora, vive en el barrio de El Príncipe, trabaja en un centro cívico. Y es una chica que tiene una vida aparentemente normal. Es española, pero de origen musulmán, y todo va relativamente bien hasta que desaparece su hermano pequeño. Todo empieza a complicarse. Empieza a búsqueda. Pide ayuda a la policía, pero no la quieren ayudar porque su hermano es el mayor narcotraficante de la barriada. Hasta que llega un nuevo jefe a la comisaría y él si se vuestras interesado en echarle una mano. Mi personaje también le enseña el barrio, los entresijos, los rincones, el modo de vida…Y bueno, surge”
Surge el amor. Desde el minuto uno, Hiba.
Sí (risas). Desde el minuto uno. Es un flechazo. No le conoce de nada y se enamora. Es amor a primera vista. Creo que es porque ve algo justo en él. Ve que él va por el buen camino, que no es un corrupto como otros. Y él también ve eso en Fátima, que lucha por el barrio, por que la gente se porte bien, porque los niños vayan a clase, estudien, hagan un carrera y no se dediquen a lo que hace su hermano. Lucha por la justicia. Y en eso, en esa luz, se encuentran y surge.
Tan intenso es que es con Álex con quien has tenido tu primera escena de sexo en la pantalla, ¿no?
Sí, es una escena íntima que es preciosa, muy bien montada y contada desde el personaje de Fátima.
Luego surgen los rumores… ¿Cómo estás sentimentalmente?
Ya sabes que no hablo de mi vida privada.
Pero no me negarás que es fácil enamorarse de alguno de tus compañeros de serie…
Estoy encantada. Tanta belleza a mi alrededor es una maravilla. Y además, más que bellos, son buenísimas personas. Jose, Rubén, Alex… Y los conozco mucho porque no es normal que una serie dure tanto tiempo, nueve meses de rodaje une mucho, y en ese tiempo, todos tenemos nuestra vida pero tenemos que aparcarla por el trabajo, así que te unes más, te apoyas. Creas una familia.
Pero en Ceuta, con tus raíces, musulmanas, una se debe de sentir más arropada ¿no? ¿Te ha servido eso para confeccionar el personaje?
Por supuesto que me ha ayudado. Mis raíces han sido muy importantes.
Hablas árabe, claro...
Sí. Y estudié filología árabe. Claro, lo he notado infinitamente a la hora de constuir a Fátima.
El barrio y su idiosincrasia, ¿lo conocías?
Antes de El Príncipe, había leído noticias, claro. Y luego, antes del rodaje, estuvimos allí durante un mes, para ver cómo era, para prepararlo. Es un barrio precioso, muy colorido, y super limpio, eso llama mucho la atención porque supuestamente es ilegal. Y favelas, con mucha gente el paro y una vida difícil. Pero es espectacular.
¿Qué ha sido lo más difícil para ti?
Rodar en un croma. Recrear toda la verdad de un personaje, de una situación con un fondo verde en vez de una playa o una calle con sus edificios... eso es muy complicado. Y también la trama de mi personaje. Es muy intenso. A nivel interpretativo es difícil porque le pasan unas cosas a mí personalmente no me han sucedido jamás aunque provengamos de una cultura parecida. Sabía que tenía que interpretarla de una manera sutil, eso sí, y eso aún lo hacía más difícil.
No había lugar para la risa
Sólo cuando decía corten. Allí no se reía ni Perry Mason.
¿En quién te inspiraste para recrear a Fátima?
Yo es que de pequeña también quería ser profesora. Y he ejercido de profesora durante mucho tiempo. Aunque estudié árabe, fui profe de francés. Me encanta.
Eso es estupendo para abrirte mercados...
Cuanto más se sepa mejor. Todo conocimiento es una ventaja. Y cuantos más idiomas sepas, a nivel personal, para leer, para viajar, pero a nivel profesional, para trabajar en otras cinematografías es un añadido.
Miras a Francia.
Sí, pienso en una carrera en Francia.
¿Tienes más proyectos?
Sí, pero aún no puedo hablar de ellos.
¿Preparada para la popularidad?
Creo que sí. Al menos, ya pienso en comprarme un coche para no tener que ir en metro.