Que una revista cumpla cien años es una magnífica noticia. Que además lo haga en plena forma, como Lecturas, es todo un logro en el mundo editorial. Ricardo Rodrigo, presidente del grupo RBA, que edita la revista, tiene claras las razones de este éxito: “Lecturas conecta con sus lectores porque, sobre todo, informa. Cuenta lo que la gente quiere saber de una forma honesta y real”.
Por las páginas de Lecturas ha desfilado tradicionalmente el mundo del corazón: los amores y desamores de las grandes actrices; las bodas más sonadas, la vida de cantantes y tonadilleras y, muy especialmente, los personajes que se han ido haciendo famosos gracias a la televisión. “En los años 70 y 80, los reportajes y exclusivas ya estaban copadas por protagonistas de los programas y series televisivas, no es un fenómeno nuevo” explica el presidente de RBA.
La celebración del siglo de historia de Lecturas tiene algo de romántico, como se espera de una revista del corazón. Una visita a la hemeroteca en busca de alguno de los ejemplares más antiguos de la revista femenina El Hogar y la Moda reveló por casualidad que el primer número de Lecturas no databa de 1921, como se creía hasta este mismo año, sino de 1917. De repente, al pasar una de las páginas, los redactores descubrieron un anuncio sobre una nueva revista mensual que llevaba por nombre Lecturas. “En sus primeros años, como indica su nombre, era una revista literaria que pretendía hacer llegar la obra de grandes autores – como Jacinto Benavente, Clarín, Oscar Wilde, Azorín…– a sus lectoras. Era una idea extraordinaria que años después incorporó el Reader’s Digest americano”, comenta Rodrigo.
En las primeras décadas de su historia, Lecturas contaba también con los ilustradores más reconocidos de la época como Opisso, Rafael Barradas o Junceda, quienes realizaban para sus portadas auténticas obras maestras. “En realidad, podemos decir que Hollywood fue responsable de que la fotografía sustituyera a los grandes dibujos, allá por los años 50”, explica Rodrigo. Por entonces, las actrices de cine y, en menor medida, los actores, hacían auténtico furor. La revista empezó a incluir cada vez más reportajes de sociedad, y artículos sobre los protagonistas de las películas más taquilleras, contenidos que se completaban con recetas de cocina, ideas para el hogar, algo de moda y, cómo no, algún relato corto o poesía. Así es como se fue gestando el Lecturas actual.
La revista ha evolucionado a lo largo de los años, al igual que la sociedad. “No puedes hacer una revista de corazón sin entender los intereses y los gustos de tus lectores, no puedes quedarte al margen del mundo real”, afirma el editor. “Gracias a ellos, a los miles de lectoras y lectores que nos siguen cada semana, Lecturas cumple cien años en muy buena forma”.