Al igual que Rodolfo Sancho, Silvia Bronchalo (49 años) sigue cada día que pasa el juicio de su hijo Daniel en Tailandia. A pesar de que el primer día no pudo estar por problemas de salud y que el proceso no se ha reactivado hasta este miércoles por el Año Nuevo budista, la madre del acusado por el asesinato y descuartizamiento de Edwin Arrieta continúa, al contrario que su expareja, con una actitud muy distante a los medios.
Silvia está centrada en ayudar lo máximo posible a su hijo y prefiere no decir ni una palabra a todos aquellos que se agolpan a las puertas de la corte de Koh Samui. De hecho, en las fotografías puede verse cómo con unas enormes gafas de sol intenta ocultar lo máximo posible cualquier emoción. Lecturas.com se ha puesto en contacto con Vanessa Guerra, experta en lenguaje corporal, para conocer y analizar los gestos de Silvia cuando entra al juicio de su hijo Daniel. El único momento que se deja ver en la isla del país asiático.
Con las fotos y vídeos en los que hemos visto a la madre de Daniel Sancho, Vanessa tiene claro que "la actitud de Silvia no ha cambiado en ningún momento en todo lo que llevan de juicio". Pero eso no es todo, la experta en lenguaje corporal y emociones hace un análisis y comenta que Bronchalo sigue "manteniendo la misma actitud distante con los medios. No sabemos si es una actitud que toma únicamente a la entrada y salida del mismo cuando se cruza con la prensa, pero es lo único que vemos", dice.
"Es decir, no sabemos si su actitud se debe a la preocupación por su hijo y los acontecimientos, o a una actitud que adquiere con los medios. Una actitud, con la que pretende protegerse de la avalancha mediática. Así como Rodolfo Sancho tiene más aptitudes comunicativas y sociales, puede que Silvia Bronchalo no las tenga. Y menos aún, en estos momentos de su vida", comenta Vanessa a este medio.
Guerra explica que como decía anteriormente, Silvia busca protegerse de la prensa y por eso dispone de escoltas encargados de que nadie se acerque o le corte el paso. Esto genera que el camino de entrada y salida sea lo más corto posible para tener la menor exposición pública posible. Camina rápida, sin detenerse ni siquiera para saludar. De hecho, mira al suelo, a pesar de llevar gafas, para evitar el contacto visual con la prensa, es decir no es que no quieran que la vean, es que ella tampoco quiere mirar a nadie. Una señal de aversión hacia los medios", expresa sobre la actitud de la expareja de Rodolfo Sancho.
Sin embargo, Silvia ve además que Silvia "hace una mueca con la boca, parece que sonríe con asimetría (solo con el lado derecho de la boca)", lo que podría ser una "señal de optimismo o al menos de mayor menor tensión". "Es una gesto que puede significar muchas cosas: ironía, sarcasmo, o una pequeña sonrisa de alegría… Necesitaríamos ver la secuencia completa y escuchar si alguien está diciéndole algo que justifique su reacción", relata la experta, que a partir de aquí saca varias conclusiones.
"Lo que deduzco de su comportamiento son dos cosas. La primera, que no quiere crear ningún vínculo con la prensa después del acosos que sufrió los primero días de juicio y se protege para ello con escolta y evitando el contacto directo con ellos. Lo segundo es que quiere preservar su intimidad y privacidad y no convertirse en un personaje público. Y no descarto que esta actitud sea también un recurso de afrontamiento emocional, a cuanto menos estímulos esté expuesta, mayor será su capacidad de autorregulación emocional", concluye Guerra a Lecturas.
![Silvia Bronchalo](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1200 815"%3E%3C/svg%3E)
Silvia Bronchalo no quiere tener relación con los medios.
Rodolfo Sancho, la actitud contraria a Silvia
Para sorpresa de muchos Rodolfo rompió su silencio en el documental 'El caso Sancho' de HBO Max. Un proyecto al que todavía le quedan algunos capítulos por emitir y que ha dejado la imagen del padre de Daniel por los suelos. Y es que su actitud soberbia y carente de emoción ha sorprendido a todos aquellos que lo han visto. "Bien. Estoy bien. Tranquilo. Intento estar estable, no tener ni grandes bajones ni grandes subidones porque una cosa puede llevar a la otra. Esta estabilidad mía natural en cierta forma me ha ayudado en ese sentido", comenzó diciendo sobre su estado.
Creyendo que hay una responsabilidad individual por los hechos de cada uno, Rodolfo aseguró que la situación era terrible. "Y me solidarizo con las emociones de la familia. Eso proceso lo he vivido por supuesto y lo tengo presente. Puse un mensaje a la familia de Edwin, en concreto a Darling, no sé si el día 6-7, a principios de agosto. Diciéndole que sentía mucho su pérdida, que no entendía muy bien cómo se entendía esta situación porque no tenía toda la información en ese momento. Me parecía que era correcto, que era humano y sigo sintiendo la pérdida de ese ser humano, lógicamente. Es así", dijo en el documental, donde aclaraba que "había dos víctimas".