Una de las figuras que más atención está acaparando del caso de Daniel Sancho (29 años) es su propia madre Silvia Bronchalo (48 años). La expareja de Rodolfo Sancho (48 años) se desplazaba hasta Tailandia hace apenas unas semanas y visitaba a su hijo por primera vez en la cárcel de Koh Samui. Desde entonces, esos viajes a la prisión se han convertido en parte de la rutina diaria de Silvia. Con sus gafas de sol y gorra oscura, se acerca hasta allí para darle dinero a su hijo y, desde hace unos días, otros enseres que el mismo le habría pedido y que carga en una mochila. No obstante, a lo largo de estas semanas su actitud ha ido variando. Ayer mismo se mostraba enfadada ante las cámaras de los medios. ¿A qué se debe esa transformación? ¿Qué hay detrás de ese enfado? Lo analizamos.
La primera vez que vimos a Silvia Bronchalo predominó la seriedad y solemnidad del momento. Los medios de comunicación hicieron un pacto de no preguntarle nada en esa primera visita a su hijo Daniel Sancho, así que Bronchalo caminó deprisa, con el rictus serio y oculto tras sus gafas de sol y sin decir ninguna palabra. Un silencio que hablaba por si solo: nervios, dolor, confusión, mezclado con las ganas de ver a su hijo por primera vez desde que se conoció el asesinato de Edwin Arrieta (44 años).
Ese mismo día, Silvia rompió su silencio y hablo con los medios allí reunidos. La madre del acusado dio las gracias por el pacto de silencio que los periodistas habían decidido hacer a su llegada y procedía a explicar cómo había ido el encuentro. "Está bastante mejor, dentro de lo que cabe", empezaba Silvia, añadiendo que ambos se habían emocionado mucho. Al preguntar por su estado, Bronchalo aseguró, con la voz temblorosa, que "nadie se espera una cosa así, nadie está preparado para recibir una noticia así, no te prepara nadie".
El cambio de actitud de Silvia Bronchalo
De estas primeras declaraciones e imágenes ya han pasado varios días y ha quedado patente que la actitud de Silvia no es la misma. Si en ese encuentro inicial se mostró agradecida y cercana, sin tener ningún problema en compartir cómo sido ver a su hijo, en las siguientes apariciones Silvia ha ido encerrándose más en si misma.
Siempre con sus gafas de sol y con gorra, la que fuera novia de Rodolfo Sancho baja del taxi y camina a toda prisa hacía la entrada, sin mirar a nadie a su alrededor y sin pronunciar palabra alguna. Quizá algún "buenos días", pero nada más. Y es que la situación no ha sido tan "idílica" como ese primer día parecía prometer.
Días más tarde de ese primer encuentro, se supo que Daniel había sufrido una crisis de ansiedad, que había obligado a las autoridades de la cárcel a suspender el encuentro. Al mismo tiempo, a pesar de la tranquilidad que mostró, Silvia habría estado "completamente destrozada y en shock", como afirmó Vicente Cacho, miembro de la embajada española en Tailandia.
Silvia Bronchalo, enfadada y triste por toda la situación
La sorpresa que supuso conocer la noticia del asesinato de Arrieta y la confesión de Daniel ha dado paso a otras emociones, como el enfado o la tristeza. Y es que la tensión emocional que Silvia ha intentado disimular, así como las nuevas informaciones y giros en el caso de su hijo y su encierro para evitar la presión mediática, podría haber provocado que Bronchalo se muestre más escueta y seca en sus apariciones. De hecho, ayer mismo se mostró enfadada al llegar a la prisión de Koh Samui.
La madre de Daniel, que llegó más tarde de lo habitual, apareció más seria que nunca, con la mochila bien aferrada. Al salir, se dirigió al taxi que la esperaba y fue ahí donde los periodistas notaron su enfado. "Estaba especialmente enfadada. De hecho, ha dado un fuerte portazo al taxi", contó la reportera de 'El programa del verano'.
A la vez, no puede evitar está tremendamente triste por toda la situación en la que se ha visto envuelta y que nadie sabe bien cómo terminará. "Nos han contado que para Silvia están siendo momentos muy duros y que está bastante triste", ha afirmado Clara Murillo en 'En boca de todos'. Así, los cambios de actitudes y emociones de Silvia no serían más que una consecuencia de toda la tensión, tanto emocional cómo física, que la madre de Daniel está viviendo.
Silvia Bronchalo se reúne con los altos cargos que llevan la investigación del caso de Daniel Sancho
Por primera vez desde el 17 de agosto, hoy Silvia Bronchalo no ha ido a ver a su hijo a la cárcel de Koh Samui. Ha sido el programa 'En boca de todos' el que ha descubierto, en exclusiva, a dónde había ido la madre del acusado. "La hemos localizado esta mañana y les adelanto que Silvia se encuentra por primera por primera vez en la isla donde su hijo Daniel Sancho cometió el crimen de Edwin, concretamente en la isla de Koh Phangan", ha informado Clara Murillo, reportera del formato.
La noticia pillaba a todos por sorpresa, ya que nadie se esperaba este cambio de rumbo en sus visitas diarias, y más aún al saber en qué lugar específico de la isla se encontraba Silvia. "Hablamos de la comisaria de policía", han asegurado. Esta información no es banal, ya que fue allí donde Daniel pasó las primeras horas detenido y donde habría confesado el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano.
"Según nos han podido asegurar, ella ha tenido un encuentro con los más altos cargos de la policía de Koh Phangan, con agentes que se están haciendo cargo de la investigación de su hijo", ha explicado Clara Murillo. Pero, ¿por qué motivo? Todo apunta a que Bronchalo querría implicarse al máximo en el caso de su hijo y conocer de primera mano cómo están yendo la investigación. De hecho, "nos han asegurado que Silvia tenía un encuentro que estaba planeado", han dicho en el mencionado programa.