Tanto el equipo de 'Sálvame' como la propia María Patiño (y el público en plató y en casa) se han hecho los fuertes ante la situación doméstica que ha entristecido a la periodista. La solución ha sido quitarle hierro al asunto porque, con los temas tan duros que se estaban hablando en el programa, ¿cómo iba a mostrar sus sentimientos por su chinchilla Camilo, que se debate entre la vida y la muerte en ese preciso momento? En el siglo XXI, tenemos la suerte de haber recorrido un gran camino para poder demostrar nuestro cariño hacia nuestras mascotas a las que consideramos parte de la familia, en el caso de que se tenga una. Verla enferma o sufrir su pérdida, deja sumido en la tristeza hasta al alma más duro.
María Patiño no ha llorado, pero ha verbalizado la angustia y el enorme disgusto que estaba sintiendo en ese preciso momento al saber que su primera chinchilla, su amigo Camilo, se estaba "yendo poco a poco". La periodista ha contado que este martes llevaron a Camilo al veterinario para que la esterilizaran, pero "no ha superado la anestesia". Un nudo en el estómago estaba bajando los muros de María: su cabeza le decía que debía estar centrada en el contenido del programa y no estar por "frivolidades", pero su corazón le estaba diciendo que una cosa tan íntima como su relación de amistad con su primera chinchilla, le estaba doliendo de verdad.
Sus compañeros han intentado reconfortarla y ella ha pronunciado unas palabras que la han consolado y a la vez aliviado: "No pasa nada, porque ha vivido muchos años de felicidad con tres de sus hijos".
Belén Esteban ha apuntado que, además de Camilo, Patiño tiene a Petra, otra chinchilla que "es diabética".
Camilo entró en la vida de María Patiño cuando su chico se la regaló. Un regalo de lo más significativo, porque no solo nace del amor, sino que también ha significado "el origen de todo de mis chinchillas en casa". Estamos seguros de que era la mejor y más bonita chinchilla gris llamada Camilo del mundo.